Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 4 de noviembre de 2018

UN DIOS QUE SE HACE CERCANO

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En apariencias al Dios que no vemos nos parece lejos, pero nos equivocamos porque está a nuestro lado. Si bien lo tenemos en nuestro corazón, también está en el prójimo, y cuantas veces queramos abrazarlo lo hacemos abrazando al prójimo. Está tan cerca que amando al prójimo le amamos a Él y se lo manifestamos testimonialmente.

Por eso, ambos mandamientos convergen en uno solo. Y no podemos separarlos, si bien, el primero es amar a Dios sobre todas las cosas, porque, el segundo, el amor al prójimo como a ti mismo, no podremos realizarlo sin el amor a Dios. De Él recibimos la fortaleza y la Gracia para poder superar todas las adversidades y encontrar las empatías que necesitamos para poder aceptar y amar al prójimo.

No nos es fácil y nos resulta imposible realizar sin la ayuda de la Gracia de Dios y los dones del Espíritu Santo. Por eso, Señor, reconociendo nuestras limitaciones y nuestra pobreza, te imploramos suplicándote que nos infunda esa Gracia necesaria para donde hay sentimientos de venganza, de odio, de animadversión, yo ponga sentimientos de paz, de amor y amistad y justicia.

Sí, el primer mandamiento es amarte a Ti, mi Señor, pero no podré lograr eso sin el amor al prójimo. A ese prójimo antipático, quizás hasta malo que me hace la vida difícil. O a ese excluido, enfermos o marginado que remuerde mi conciencia y altera mi vida. En ambos estás Tú, Señor, y a ambos necesito amarlos yo, Señor. Ayúdame, Dios mío, porque no tengo fuerzas, ni paciencia ni voluntad, ni sé tampoco cómo hacerlo.

Pero, en Ti confío, porque yo quiero responder a tu Amor amando también a mis prójimos. Amén.

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