Me pregunto, ¿conozco mis talentos? Previamente tendré que admitir que los tengo y que, por supuesto, los habré recibido. Y, dicho esto, la pregunta salta de inmediato, ¿qué hago con ellos? ¿Los empleo y utilizo para mi provecho personal, para crecer en riqueza, fama, situación social, disfrute…etc? ¿O, por el contrario, trato de ponerlos en función y utilidad de los demás, sobre todo de los necesitados? Es a eso a lo que tendremos que responder al final de nuestro camino en este mundo.
La respuesta no es fácil ni la podremos resolver con nuestras propias fuerzas. Pidamos, pues, la Gracia de saber, primero, descubrir las cualidades o talentos que hemos recibido; segundo, la generosidad, valentía y disponibilidad de ponerlos al servicio de los más necesitados. Y, para ello, pongámonos en manos del Espíritu Santo, que nos acompaña y nos asiste auxiliándonos para que nuestra administración – de los talentos recibidos – sea debidamente utilizada y puestos al servicio de aquellos que lo necesitan.
Te pedimos, Señor, que nos llenes de tu Espíritu para que, como Tú nos has enseñado con tu disponibilidad, servicio y amor, también, nosotros, sepamos actuar, injertados en el Espíritu Santo, en ponernos, con todo lo recibido de tu Mano generosa, al servicio de los más necesitados. Amén
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