Comienzo el día poniendo mi mirada en ti, Dios mío. Sé que me miras primero y que me miras con amor. Gracias por la vida, gracias por la fe. Aquí estoy para contarte mis deseos profundos y mi pobreza para realizarlos. Aquí estoy para contarte mis miedos, mis fragilidades, mi desconfianza… Te pido fuerza para ser en mi ambiente una persona que irradie amor. De ese amor vengo a llenarme en este ratito de oración. Con la ayuda del Espíritu te digo: “Aquí estoy para hacer tu voluntad”.
Jesús, quiero caminar seguro por esta vida, aun en medio de las dificultades, porque sé que no estoy nunca solo. Deseo que mi vida de unión contigo crezca para poder serte fiel. Ayúdame. Aumenta mi fe, aumenta mi esperanza para aceptar lo que me pides. Aumenta mi amor para quererlo intensamente. Dame fortaleza para llevarlo adelante. Quiero serte fiel, Señor, cuando llegue la prueba. Dame tu gracia, que eso me basta. Amén.
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