Hoy oramos con los amigos de Jesús. Nos abren la puerta de su casa en Betania, casa de la amistad y de la acogida. Nos acercamos a ellos y nos hacemos conscientes de la presencia de Jesús entre nosotros. Abrimos los oídos del corazón para escuchar las palabras de vida que Jesús le dice a Marta: «Yo soy la resurrección y la vida», y con Marta, también nosotros, confesamos nuestra fe en Jesús resucitado, vivo entre nosotros, dador de paz y de alegría. Nuestro corazón se inunda de amor a Jesús, que es la resurrección y la vida, y de amor a los hermanos y amigos de Jesús.
Dios misericordioso y fuente de vida eterna, te pedimos que derrames tu gracia sobre todos nosotros. Concédenos la salud, la fortaleza y la vitalidad para enfrentar cada día con esperanza y alegría. Que podamos valorar la vida que nos has dado y cuidarla con amor y gratitud. Amén.
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