Señor, estoy vivo por tu Infinita Misericordia. Y tengo esperanza por tu Infinita Misericordia. He recibido de ti la vida y todo lo que con ella me ha sido regalado. Señor, yo quiero poner en tus Manos todo lo que he recibido para ponerlo al servicio del amor. Y, para eso, necesito amar. Un amor que, obviamente perdona, pues, sin perdón será difícil entender el amor.
Por tanto, Señor, necesito perdonar y eso me descubre que tengo que despojarme de todo aquello que me estorba: egoísmos, avaricia, odio, venganza, arrogancia, poder, riqueza...etc. Todo lo que levanta una barrera en mi corazón impidiéndome perdonar y, por tanto amar.
Porque, yo sé, Señor, que Tu perdonas todas mis faltas, mis debilidades, mis pecados. ¿Cómo puedo yo presentarme delante de Ti sin perdonar a mis hermanos? ¿Acaso pienso que sin perdón, Tú, luego, me perdonas? Lo dices muy bien en el Evangelio, el perdón va unido al amor. Por eso, Señor, te pido y suplico que llenes mi corazón de verdadero amor para que mi perdón sea también mucho y pueda también recibir mucho perdón por todas mis faltas y pecados. Amén.