Hoy acabo de leer un noticia - ver aquí - que nos puede dar una idea de como está el mundo. Se está perdiendo la capacidad de discernimiento sobre lo que está bien o mal. El relativismo está haciendo estrago y el hedonismo y las apetencias por dar gusto a tus sentimientos se confunden con la verdad y lo que realmente es un bien para la persona humana.
Los valores, no sólo se están perdiendo, sino que se confunden. La verdad queda reducida a mi verdad, independientemente de que sea para mi bien o simplemente para un bien temporal con graves consecuencias. Lo que expresamos con pan para hoy y hambre para mañana. El hombre y la mujer alejados de Dios quedan en manos del demonio, y éste hace de las suya dando satisfacción y bienestar, por un cierto tiempo, a los que piensan y creen que la felicidad está en dar gusto al cuerpo.
Y en estas desviaciones tiene bastante importancia la familia. Es verdad que hay también muchos factores que juegan su papel, pero la educación familiar tiene vital importancia. Al final las sociedades, culpables también en lo que sucede, son reflejos de las familias que la forman. Tratemos de construir familias apoyadas en el amor y la solidaridad. Familias que vivan en la verdad y la justicia, y veremos como el mundo irá cambiando a mejor. En el fondo todos queremos eso, pero, quizás sin darnos cuenta caemos en el extremo opuesto.
Pidamos con fe que la Familia de Nazaret interceda a nuestro Padre Dios para que nos dé paciencia, sabiduría, fortaleza y perseverancia para, guiados y fortalecidos en el Espíritu Santo, demos ejemplo y eduquemos a nuestros hijos según la Voluntad de nuestro Padre Dios. Una Voluntad que busca nuestro bien y nuestra felicidad eterna. Amén.