La hora del Bautismo de Jesús es la hora del comienzo de su Vida pública y, por tanto, la hora del comienzo del Anuncio de la Buena Noticia. Jesús tras su retiro al desierto, comienza el anuncio de la Buena Noticia: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva».
Y enseguida comienza a la búsqueda de sus discípulos para que le acompañen en ese anuncio. Unos discípulos, algunos venidos por indicación de Juan el bautista, y otros llamados por Jesús.
Unos discípulos que, después de pasar tres años en convivencia con Jesús y aprender de sus enseñanzas la Buena Noticia, continúen su proclamación. Pero, ahora, realizada ya su aportación, nos toca a nosotros - discípulos de hoy - continuar esa misión anunciadora. Y, de responder o no responder a la llamada del Señor, dependerá que la Buena Noticia llegue a muchos que solo tendrán esa oportunidad de tus palabras y ejemplo.
Pidamos la fortaleza, sabiduría y paz necesaria para anunciar la Buena Noticia a todos aquellos que estén en nuestro camino y dependan de nosotros. Y, también, pongamos de nuestra parte todo lo que - gratuitamente - hemos recibido para llevar la Buena Noticia a los que no la conocen.