Gracias, Señor, por decírmelo y por avisarme. Quisiera estar en esa red, porque sería buena señal estar. Al menos estaría cerca de pertenecer a los tuyos. Claro, la otra cuestión, y más seria e importante, es ser elegido por tus ángeles como pez bueno. Y para eso quiero trabajar desde ahora, porque lo cierto y seguro es que ese momento llegará.
Sin embargo, experimento que hacerlo solo es imposible. Seré elegido entre los malos si me atrevo a nadar yo solo. Quiero y necesito ir de la Mano del Espíritu Santo, el Paráclito enviado por el Padre, para guiarnos y conducirnos a Él. Quiero entrar en esa Red guiado, asistido e injertado en el Espíritu Santo, y, en Él, permanecer tranquilo y en paz hasta ser escogido, por tu Misericordia, no por mis méritos, para gozar de tu presencia eternamente.
Dame Señor la sabiduría y el conocimiento de saber orientarme en el Espíritu Santo y de no perder la estela de su camino, para orientado por su Amor llegar a la Red donde serán elegidos todos aquellos que hayan dado su vida por el esfuerzo de cumplir y vivir en tu Voluntad.
Que esa sea la meta de todos nosotros, peces del mar de este mundo, que anhelamos y buscamos desembarcar en la red de tu pesca y ser tomado como peces buenos. Amén.