Podría pensarse que hablamos en clave fantasiosa o distorsionamos la realidad. Pero los hechos nos reafirman que lo que decimos coincide realmente con lo que ocurre en la realidad. El hombre, vencido por sus impulsos de poder y de hacer su voluntad, quiere mandar. Quiere ser el primero y gobernar a su antojo.
Por eso, observamos y oímos hablar sobre los deseos de tener la mayoría, políticamante hablando, y descubrimos los abusos de poder, en nombre de la democracia, disfrazados de corderos con piel de lobos. Y experimentamos impotencia, porque a pesar de descubrir a los corderos y desnudarlos de sus pieles de lobos, las ovejas se dejan atrapar por ellos.
No damos crédito a lo que vemos: ovejas sumisas a dejarse comer por lobos. ¡Dios mío, que necesitados estamos del Buen Pastor! Del Buen Pastor que apacienta sus ovejas, las reúne y las protege y las guarda en su redil. Un redil de justicia, de paz y de amor.
¡Señor!, danos la fortaleza de no desfallecer; ¡Señor!, danos la paciencia de soportar con entereza y firme confianza las dificultades en el camino hacia tu Casa; ¡Señor!, danos la luz de tu sabiduría para aguardar pacientemente la hora de la esperanza en tu venida. ¡Señor!, no permitas que desesperemos y nos entreguemos a los lobos, de este mundo, que nos asedian.
Esperanzados y confiados en tu promesa de salvación, y abandonados al esfuerzo de servir, te pedimos Señor paz, sabiduría y fortaleza para caminar con paso firme entre tantos lobos que amenazan devorarnos e impedir que lleguemos a Ti. Amén.