Señor, si Tú no estás, ¿en quién puedo confiar? ¿Dónde y en quien pongo mis esperanzas? Sin tu presencia mi vida no tiene sentido ni esperanza. Es un camino vacío y sin rumbo. Un camino muerto y sin sentido.
El mundo no llena plenamente el ansia y la búsqueda de felicidad a la que aspiro. Es una felicidad caduca, temporal y limitada. ¿Cómo vivir sin el objetivo y la meta de llegar a Ti? Porque solo Tú das esperanza de plenitud y vida eterna. Tú, Señor, eres el Alfa y Omega, el principio y el fin. Eres el origen de la vida y donde la vida desemboca para seguir viviendo en plenitud y eternamente.
Eres la Vida. La Vida que triunfa y vence a la muerte de este mundo temporal. Enciende en nosotros, Señor, la ilusión y la esperanza que nos llena de valor y fuerzas para no desfallecer y continuar el camino siguiendo tus huellas hasta desembocar en Ti, esperanza de Vida Eterna.
No dejes que me abandone y deje seducir por las cosas caducas de este mundo. Aquí nada tiene valor, porque todo es basura. El único y verdadero tesoro es la renuncia a ti mismo por verdadero amor, y la entrega en el servicio y la caridad tal y como Tú nos lo has dado y nos lo has enseñado.
Danos Señor la sabiduría de confiar ciegamente en Ti y vivir en la esperanza del paso de la muerte de este mundo, a la Vida Eterna que Tú nos tienes prometida. Amén.
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