No se te ocurrirá esconder una lámpara debajo de la mesa, porque no iluminará la casa, su lugar es encima. No tendrá sentido ocultar la luz, porque eso dejaría todo en sombra y oscuridad. La luz está para alumbrar y permitirnos descubrir y poder ver las cosas. Pero, esa luz que nos permite ver y que ilumina las ciudades no es suficiente para iluminar nuestras vidas, los corazones de nuestras vidas.
Mi vida y tu vida necesitan otra clase de luz, una Luz que está por encima de nosotros y que alumbra el camino hacia el gozo y la felicidad Eterna. Porque, esa Luz es la que todos, muchos quizás sin saberlo, buscamos. Y es eso lo que te pedimos hoy, Señor, llenar nuestros corazones de esa Luz sobrenatural que nos viene de Ti y que nos orienta y dirige hacia Ti.
Porque, Tú eres la Luz que das brillo, esplendor y gozo a nuestras vidas y abre nuestros ojos y enciendes nuestros corazones para buscarte y amarte. Por todo ello, Señor, abrimos nuestros corazones para dejar que tu Luz nos invada y nos llene de tu Amor. Amén.
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