Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 15 de septiembre de 2019

¿Y TÚ, ESTÁS EN ACTITUD DE BÚSQUEDA?

Resultado de imagen de Lc 15,1-32
Dios ha dado el primer paso, pues Él te ha creado, pero te ha creado libre y ha dejado en ti la iniciativa para abrirte a su búsqueda. Es posible que si no tienes esa actitud o iniciativa no respondas ni te des cuenta de que Él te busca primero. En las parábolas de hoy Jesús nos explicas la necesidad de tener esa actitud. Nos habla del pastor que sale en busca de la oveja perdida y de la mujer que teniendo diez monedas, si le pierde una, no se esfuerza en hacer todo lo posible para buscarla.

Pero, quizás la parábola más significativa y profunda es la que nos muestra el amor del Padre y las actitudes de nosotros sus hijos. Porque, podemos estar encuadrados en ese perfil del hijo menor o del mayor. Serán esas actitudes las que tendremos que buscar en nosotros y reflexionar al respecto. Y para eso, Señor, te pedimos capacidad de discernimiento; sabiduría para encontrar soluciones y, sobre todo, humildad, como la del hijo menor para levantarnos y emprender el regreso a casa. O la paciencia, ternura y comprensión para apagar la ira y la envida en nuestros corazones y no ensoberbecernos como el hijo mayor.

Te pedimos, Señor, un corazón como el del Padre que Tú muy bien nos enseña y nos revela en esa parábola del hijo prodigo o Padre Misericordioso. Queremos sentir como Él y amar como Él. Y reconociendo nuestras limitaciones y pecados acudimos a Ti, Padre Bueno, para que nos conviertas nuestros corazones endurecidos por el pecado, pues con nuestras fuerzas no podremos lograrlo. Amén.

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