Experimento esclavitud, Señor, cuando me siento sometido a mis apetencias carnales y, también espirituales. Tengo hambre y sed de todo lo que seduce mis apetitos sensoriales y, también, mis pasiones espirituales. La ambición de poder y de suficiencia; la ambición de riqueza y de sentirme el más fuerte. Mi esclavitud a la soberbia que me domina y somete; mi vanidad y deseos de venganza. Descubro, Señor, mis egoísmos. Todo me pesa como una gran carga de la que no me puedo liberar. Una carga que dobla mi espalda y me esclaviza.
Reconociéndome esclavo y encadenado a mi naturaleza humana débil y herida por el pecado, te pido, Señor, que me liberes, fortaleciéndome por tu Gracia, para vencer todas esas inclinaciones y apetencias que me someten y me inclinan al pecado. Liberarme, Señor, de toda esa carga que me esclaviza y me somete. Tú, Señor, eres el único que puedes liberarme de la destrucción de mi propio cuerpo, templo del Espíritu Santo, y también de la destrucción de este mundo seductor y finito que amenaza mi libertad y salvación.
Sálvame, Señor, de la seducción y tentación a la que está sometida mi naturaleza humana, herida por el pecado y sujeta a las tentaciones de este mundo. Por todo ello, Señor, clamo tu Misericordia para, liberado de todo lo que me ata e inclina a las cosas de este mundo finito y caduco, sea capaz de advertir las señales de todo aquello que trata de engañarme y apartarme de Ti, para, a pesar de la finitud de los tiempos perseverar fiel a tus mandatos y pueda sostenerme en tu presencia. Amén.
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