La familia es la célula de la sociedad y no puede existir otra sociedad sin esa célula familiar que representa y es la familia. De modo que, si se mata esa célula - la familia - se destruye la sociedad y los pueblos. Pues, sin familia no puede haber sociedad. La persona humana - miembro por excelencia de la familia - no ha sido creada para vivir aislada sino en relación.
Cada persona tiene dentro de sí, en lo más profundo de su corazón un deseo de amar. Amar el bien, la verdad y la justicia. Es el amor lo que la impulsa a relacionarse y a crecer en familia. Porque, solo en la relación nace y crece el amor. Y eso solo puede darse en el entorno familiar. El amor es la causa de nuestra existencia. Dios nos ha creado por Amor y para que amemos también nosotros como Ama Él.
Y la causa del amor es la familia. Sin familia el amor desaparece y sin amor la sociedad se individualiza y se destruye. Una sociedad de individuos es una sociedad muerta, individualizada y cautiva, sin libertad de poder pensar ni de actuar. ¿A dónde vamos? Porque, solo el amor es capaz de moverte a la relación firme, solidadaria, responsable, verdadera, justa...
Pidamos que nuestro amor sea sincero, verdadero, justo y fraterno para, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, podamos vivir un verdadero amor que nos haga crecer y amar como nos ama nuestro Padre Dios. Amén.
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