Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor. Pero he dado un pequeño paso hacia Ti y te descubro con los brazos abiertos, esperándome.
Aquí estoy, otra vez a tu lado, para pedirte perdón, para renovar mi alianza contigo.
Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores.
Gracias, Señor, por tu amor infinito, porque no te cansas de perdonarme. Me cargas sobre tus hombros una y otra vez. me permites levantar la cabeza me devuelves la alegría perdida y vuelvo a empezar con esperanza. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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