Que sepa buscar, Señor, el modo en el que yo te amo, te sirvo y te alabo, para no servirte de mala gana, para no alabarte desde la lejanía, pues si no te reflejo, no te alabo. Muéveme, Señor, a encontrarte, a buscarte con sincero corazón, porque cada año crezco al adentrarme en tu Pasión, al contemplar tu entrega de amor.
Señor, sigue enseñándome el arte de amar, de acoger la voluntad del Padre con mansedumbre y en libertad. Pleníficame, Jesús, mientras voy muriendo a mi propio interés, mientras me deshojo de todo aquello que me va alejando de la hondura de tu amor. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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