Señor, abre mi corazón a tu palabra y a tu amor.
Estar abierto es, ante todo, salir de uno mismo. Romper la coraza del egoísmo que intenta aprisionarnos en nuestro propio yo.
Estar abierto es dejar de dar vueltas alrededor de uno mismo. Como si ese fuera el centro del mundo y de la vida.
Estar abierto es no dejarse encerrar en el círculo de los problemas del pequeño mundo al que pertenecemos. Cualquiera que sea su importancia, la humanidad es más grande. Y es a ella a quien debemos servir. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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