Cuando ya no pretendes ganar, cuando has compartido lo que tú necesitabas, cuando te has arriesgado por el pobre, cuando has enjugado las lágrimas del inocente, cuando has rescatado a alguien de su infierno, cuando te has introducido en el corazón del mundo, cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios, cuando te has purificado de tu orgullo, cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo, cuando te sientes herido...brilla en ti, gratis, la luz de Dios, sientes su presencia irradiando frescura primaveral, y su perfume te envuelve y reanima.
Ya no necesitas otros tesoros. Dios te acompaña, te habla, te protege. Es el mejor tesoro, que se te ofrece gratis, para que disfrutes ya lo presente, para que lo compartas con tus hermanos; y camines firme y sin temor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario