HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.
Tú me lo has dicho, Señor, y yo lo creo. Por eso, en tu Nombre me atrevo a pedirte que abras mi corazón a la Verdad, es decir a Ti, a tu Sagrado Corazón para que por Infinita e Inmensa Misericordia sea transformado semejante al Tuyo. Y en base a tu Palabra y promesa, yo, Señor, te pido esa Gracia. Amén.
No quiero que me suceda lo de Corozaín, Betsaida o Cafarnaún que siendo testigo de tus obras y milagros me quede en mis palabras y no viva en las Tuyas. Pero, tengo miedo de que así sea, porque, el mundo en que vivo es un mundo peligroso, seductor y apetecible a mis pasiones y debilidades. Cada día de mi vida es una nueva prueba a esas seducciones que el mundo me presenta. Mi alma está en peligro y mi cuerpo se experimenta vencido y atraído por esas apetencias humanas que hacen zozobrar mi espíritu.
Y no tengo otra defensa, Señor, que tu Amor y tu Fortaleza para defenderme de estas tentaciones con las que el mundo me tienta, valga la redundancia. Por eso, Señor, confiado en tu Palabra te pido, te busco y te llamo para que, siguiendo tu promesa, abras mi corazón a tu Palabra y lo fortalezcas para que, suavizado y tierno, se confíe a tus mandatos y obediencia. Dame, Señor, la sabiduría de reconocerme pecador y pequeño ante Ti y tomar conciencia de que Tú eres mi Padre y mi salvador.
Señor, quiero un corazón humilde, como Tú me aconsejas, para escuchar a tus enviados, a los que me rodean, a los humildes y que, aparentemente, poco parece que puedan decir y enseñar, pero, son tus preferidos, señor, y por los que Tú has querido hablar y pronunciarte y desvelar y descubrir tus misterio y hasta darnos tu fe. Por eso, Señor, necesito, y te lo suplico una vez más, dame un corazón sencillo, humilde y capaz de acoger lo pequeño y, de manera especial, tu Palabra. Amén.