En una ocasión, Jesús, nos dice: "No vine a traer la paz, sino... - Mt 10, 34 -, y hoy, su Palabra es motivo y signo de contradicción. A muchos les gusta y les asombra, hasta el punto que lo tachan de profeta; otros llegan a decir que: "Éste es el Cristo"- Jn 7, 41 -.
Vemos que las profecías se cumplen y nos viene a la memoria la profecía que Simeón había anunciado a María: "«Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción " - Lc 2, 34 -.
Y, es verdad, quien conozca a Jesús y sus orígenes entenderá que todo lo que se dijo de Él va teniendo debido cumplimiento. ¿Y no son estás profecías y sus cumplimientos signos de su Divinidad?
Jesús no pasa desapercibido y su Palabra horada nuestro corazón y le urge a tomar un camino, a elegir entre la puerta estrecha o la ancha - Mt 7, 13-14 -, y eso nos inquieta, no interpela y nos exige tomar decisiones que siempre son arriesgadas, duras y difíciles. Y, en muchas ocasiones nos molestan y optamos por abandonar y rechazar. Y se producen disensiones entre la gente por causa de Él. Es la guerra ya anunciada por Él, - Mt 10, 34 -.
Te pedimos, Señor que no permitas que nuestros corazones se llenen de las cosas de este mundo, caducas y de perdición, sino de tu Gracia. Danos la sabiduría de acoger tu Palabra y hacerla vida de nuestras vidas, para vivirla, valga la redundancia, en tu santa Voluntad. Porque, sabemos, Señor, que estamos tentados a rechazarte. El mundo, demonio y carne son ofertas que nos seducen y que palmitan dentro de nuestros corazones tentándonos a rechazarte y a sustituirte por ellos.
Pero, nosotros, Señor, no queremos dejar seducirnos y, aunque nuestras debilidades son manifiestas, confiamos en la Fuerza de tu Espíritu para que, auxiliados por Él, podamos resistir y salir victorioso. Por eso, Señor, fortalece nuestra alma y nuestro espíritu, y danos la Gracia de escuchar, conocer y aceptar tu Palabra. Palabra que dirige nuestras vidas y que nos lleva hacia Ti, Camino, Verdad y Vida. Amén.
Pero, nosotros, Señor, no queremos dejar seducirnos y, aunque nuestras debilidades son manifiestas, confiamos en la Fuerza de tu Espíritu para que, auxiliados por Él, podamos resistir y salir victorioso. Por eso, Señor, fortalece nuestra alma y nuestro espíritu, y danos la Gracia de escuchar, conocer y aceptar tu Palabra. Palabra que dirige nuestras vidas y que nos lleva hacia Ti, Camino, Verdad y Vida. Amén.
1 comentario:
Te pedimos, Señor que no permitas que nuestros corazones se llenen de las cosas de este mundo, y haz que tu palabra se haga vida en mi, ayúdame, gracias, un feliz sábado en el Señor.
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