Es posible que nuestras posibilidades sean pocas, pero también es posible que muchos sumamos muchas posibilidades y la fortaleza se multiplica y el mundo mejora. Porque, hay lugares que lo pasan mal y necesitan esperanza no sólo de cosas materiales que, sí se necesitan, pero que también necesitan, valga la redundancia, la fortaleza y el espíritu que la sostenga y la alimente para que la vida se ilumine y se viva en actitud de compartir por amor.
Pidamos que seamos cada vez más pan y más peces que alimenten, no sólo materialmente sino también espiritualmente, y que nos transforme desde dentro nuestros corazones endurecidos en corazones compasivos y misericordiosos por amor. Amén.
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