Desde la hora de mi bautismo, Señor, me he comprometido a anunciar la Noticia de que, por el Amor de tu Padre y los méritos, también por Amor, de tu Pasión y Muerte, hemos sido rescatados de la muerte y la esclavitud de nuestros pecado. Pero, al mismo tiempo me doy cuenta de mi pobreza y de mi imposibilidad de corresponder a ese compromiso bautismal sin la asistencia del Espíritu Santo, que precisamente he recibido en el bautismo para poder cumplirla.
Por eso, Señor, queriendo seguirte y responder a ese compromiso bautismal que he recibido de niño y que ahora, adulto, quiero cumplir, te pido, siguiendo tu promesa de que pidamos, la Gracia que me ayude a proclamar y anunciar la Buena Noticia de Salvación. Y cuando digo esto, Señor, quiero referirme a que, no sólo me des la sabiduría de poder proclamarla, sino también la fortaleza de dar ejemplo con mi obras, con mi renuncia a todo aquello que sea buscarme y pensar en mis intereses.
Quiero, Señor, vivir a tu estilo y buscar siempre el bien de los demás, incluso cuando me vaya en ello perder o renunciar a mí mismo. Y te lo pido, Señor, porque sé que yo no podré hacerlo por mí mismo sino con la ayuda de tu Espíritu. Y ahí, Señor, ponto toda mi confianza y esperanza y seguiré esforzándome en perseverar y entregarme a tu Amor confiado en que de Ti recibiré la Gracia de sostenerme en tu presencia y vencer las dificultades que el mundo me presenta. Amén.
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