Podemos relacionar esa preocupación de Jesús por fortalecernos espiritualmente con esa compasión para aliviar nuestra fatiga corporal con el pan de cada día. El pasaje evangélico de hoy nos presenta esta significación dual de la compasión de Jesús por sostenernos tanto corporal como espiritualmente. Es posible que, acostumbrados a comulgar con frecuencia, nos acostumbremos a hacerlo con cierta rutina y como algo ritual en nuestra vida.
Sería muy importante tomar conciencia de esa posible dualidad espiritual y tener presente que en la comunión, y si es cada día mejor, recibimos el alimento espiritual y corporal para sostenernos en la fe y en la presencia del Señor. Puede ocurrir que no lo hagamos consciente y, como humanos y pecadores, se nos vaya el santo al cielo en muchos momentos. De eso soy plenamente consciente y pido perdón al Señor de todos mis despiste, relajaciones y rutina que me alejan del misterio y de la importancia del significado de recibir al Señor sacramentado.
Por eso, Señor, aprovecho este momento de reflexión para pedirte que me des conciencia del significado de que de Ti mismo reciba ese Pan Eucarístico que me da la vida y la fortaleza para seguir el camino que Tú, mi Señor, me ofreces como alimento para el camino. Gracias, Señor, por tanto amor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario