Nuestro Padre Dios sabe todas nuestras necesidades, y también nuestros problemas y obstáculos. ¿Cómo no los va a saber si venimos de Él? Él nos ha creado y sabe quienes somos y como somos. Poco podemos mejorar y, menos, sorprenderle en nuestras oraciones. Sin embargo, una cosa le gustara, nuestra insistencia y perseverancia.
Entre otras cosas porque esa perseverancia descubre nuestra fe y nuestra confianza. Sin fe no se puede sostener la oración, y, menos aún insistir. Aquella mujer sostuvo su fe en la insistencia y perseveró hasta que aquel juez terminara atendiéndola. Para nosotros será incluso más fácil, porque Jesús, el Hijo de Dios, nos lo dice y nos invita a perseverar con insistencia y perseverancia en la confianza y seguridad que nuestro Padre nos responderá. Y es que un Padre siempre responde, ¡cuánto más nos responderá nuestro Padre Dios¡
Pidamos al Padre, en la confianza y fe en su Palabra, que nos de la sabiduría, la fortaleza y la paz para, sin dejar de permanecer unidos y perseverantes en la oración, sostenernos en su Palabra y confiar en la acción del Espíritu Santo, que nos ha sido enviado para asistirnos y darnos la fortaleza. Amén.
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