Quiero ser de los que experimentan la necesidad espiritual de ser curado y buscarte, Señor, para que me sanes y me salves. Te doy las gracias porque sé que me buscas y me tiendes tus manos para salvarme. Te doy las gracias porque me cargas sobre tus hombros y soportas el peso de mis pecados, perdonándome misericordiosamente. Gracias Señor.
Quiero sentir la alegría de sentirme buscado, importante para ti, hallado y salvado. Quiero sentir la alegría que ayer compartíamos a conocer tu promesa de que nos preparas una mansión en la Casa de tu Padre para llevarnos cuando regreses de nuevo a este mundo al final de los tiempos. ¡¡Señor, gracias por todo!!
Gracias porque me buscas y me salvas, y gracias porque, no sólo contentándote con eso me ofreces tu Casa, me preparas en ella una mansión y me invitar a vivir eternamente en plenitud de gozo y felicidad. Gracias, Señor. Me encuentro lleno de alegría y no pudiendo retener ese gozo en mi corazón lo proclamo a los cuatro viento por este medio de los blogs y redes que Tú has puesto en mis manos. Gracias Señor.
Gracias, Señor, por todo tu amor y, sabiéndome enfermo y necesitado de tu curación, te pido que me des la sabiduría, la fortaleza, la paz y paciencia para saber, viviendo tu Palabra, proclamarla y extenderla por todos los lugares a donde puedo llegar. Porque bien merece una fiesta, una gran fiesta, como la de aquel que encuentra su oveja perdida, o la mujer que halla su dracma perdida. Y esa dicha de fiesta y celebración no se puede perder ni dejar de celebrar.
Por eso proclamamos la alegría de una persona que se convierta y se abra a la plenitud eterna que a todos los otros que permanecen ciegos, cerrados a la verdadera luz y sometidos a la oscuridad de este mundo.
Por eso proclamamos la alegría de una persona que se convierta y se abra a la plenitud eterna que a todos los otros que permanecen ciegos, cerrados a la verdadera luz y sometidos a la oscuridad de este mundo.
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