Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

DAME SABIDURÍA, SEÑOR, PARA DESCUBRIR LO QUE ME HAS DADO

Señor, me has tenido siempre en tu pensamiento, y me has dado la mochila que necesito para responder a lo que Tú quieres de mí. Una mochila con las minas que Tú has querido darme. Ahora, tengo yo que negociar con ellas y temo perderlas o no alcanzar todo el fruto que Tú esperas. Pero, yo, Señor, no quiero enterrarlas, porque Tú no me las has dado para eso. 

Sé, Señor, que esperas recoger frutos y vendrás a pedirme cuenta. Yo quiero pedirte que me ayudes a encontrar formas para que puedan dar frutos. Espabílame, Señor, y fortalece mi voluntad y agudiza mi ingenio para que pueda negociar con esas minas que Tú has dejado en mi haber. Yo quiero multiplicarlas, pero temo fracasar o no hacerlo como Tú quieres y esperas que haga.

Dame la sabiduría para descubrir mis cualidades, porque seguro que Tú, como has hechos con todos tus hijos, has dejado en mi humilde persona la mochila bien cargada con lo que tengo y puedo negociar. Y yo quiero entregártelo bien negociado y multiplicado. Me preocupa que no lo haga bien, pero confío en tu infinita misericordia. Sé que Tú más que los frutos miras el esfuerzo sincero, auténtico  y entregado. Tú, Señor, sabes leer lo que hay dentro de mi corazón.

Transfórmalo, Señor, conviértelo en un corazón bondadoso, generoso, abierto a compartir y a darse. Un corazón capaz de compartir todo lo que lleva, recibido de tu Mano generosa, en su mochila. Dame la sabiduría para descubrir lo que Tú me has dado.

En esa esperanza y confianza espero, Señor, tu regreso. No quiero estar pendiente de tu venida porque me basta con tu Palabra. Sólo quiero preocuparme por negociar y dar todo lo que pueda para que cuando Tú vengas a recoger los frutos de lo que me has dado, yo pueda ofrecértelos con todo mi corazón, esfuerzo y gratitud. Amén.

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