Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 17 de noviembre de 2016

¡SEÑOR, TEN PIEDAD DE MÍ!

En muchos momentos de nuestra vida y en diversas situaciones, pensamos que somos mejores que otros. La parábola del fariseo y publicano está representada en muchas circunstancias de nuestra vida. Pensamos que las Palabras de Jesús, el Señor, no son para nosotros sino para los otros. Los que posiblemente son malos y pecadores, pero nosotros, aunque nos llamamos pecadores no nos lo creemos.

Cuando decimos que el Señor viene para salvar a los pecadores, nos estamos refiriendo a eso, a lo verdaderos pecadores. Y entre esos estamos también tú y también yo. Y cuando alguien quiere acercarse al Señor, aunque equivocadamente y sin estar preparado, ¿ qué pensamos que haría Jesús? ¿Le manda a que vuelva otro día debidamente preparado? Supongo que la respuesta todos la sabemos.

Jesús se acerca, y quizás llora con esa persona, como lo hizo por Jerusalén. Llora por sus pecados y por su obstinación de no arrepentirse y no abrirse a su perdón. Pero, Jesús se acerca y trata de consolarle y de moverle a que se arrepienta y se convierta. No puede ser de otra manera, porque ha venido para eso. Así lo ha hecho con todos, con los leprosos, incluso con aquellos que no volvieron ni a dar las gracias; con el centurión y hasta con el buen ladrón.

Jesús se hace comida para todos, y se parte para todos. Incluso para aquellos que consideramos nosotros que estar más preparados. No cabe ninguna duda que haciendo esta reflexión y mirándome bien, me siento más fariseo que publicano, más dentro de Jerusalén que afuera, más necesitado de perdón que limpio, y sobre todo más deseoso de abajarme y humillarme, porque quizás, creyéndome más preparado, lo estoy menos que aquellos que, bajo sus ignorancia y esclavitudes, descubren y experimentan el deseo de acercarse al Señor.

Por eso, Señor, sintiéndome pobre, pecador, avergonzado, pequeño y miserable, te pido perdón y te ruego que transformes este corazón, todavía de piedra, en un corazón tierno, fuerte, suave y misericordioso como el Tuyo. Amén.

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