Dios nos habla continuamente, pero necesita nuestra escucha y nuestra colaboración. Nos ha creado libres y se ata las manos ante nuestras decisiones. De tal forma que, necesita de nuestra disponibilidad para actuar en nosotros. Dependerá, pues, de nosotros que le dejemos o no. Es decir, que le aceptemos o no.
A lo largo de la historia, el Señor, ha ido revelando su Plan de salvación a los hombres, y sólo lo recibirán aquellos que sean capaces de mantener los ojos bien abiertos y el corazón dispuesto y entregado a su Palabra. Pidamos esa Gracia para que el Espíritu actúe, entregada nuestra libertad voluntariamente, en nosotros y nos ilumine para saber recorrer esos caminos que nos llevan al Señor.
Pidamos esa Gracia, para estar atentos, vigilantes y dóciles a dejarnos tomar por la acción del Espíritu Santo y abrirnos a su Luz, que nos ilumina y nos dirige por los caminos que nos llevan al Señor. Pidamos la Gracia de vivir expectantes a las señales que Dios quiere enviarnos y esforcémonos en responder a esos signos y señales que nos hablan de su presencia entre nosotros confiados, como María y José, a su Palabra. Amén.
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