Vamos por mal camino, y cuando hemos tomado esa dirección, enseguida lo notamos. Además, muchos cercanos a nosotros y que nos quieren de verdad, nos lo advierte y descubre. Todos sabemos que robar es malo, y todavía más malo cuando se hace por envidia o por superar a otro. ¿Y matar? ¿Alguien ignora qué matar es malo? Nadie puede ni tiene derecho a quitarle la vida a otra persona, y menos apoderarse de sus bienes, e incluso su mujer.
No digamos nada del aborto. Y todas las madres y padres lo saben. Abortar es privar a un ser humano, en este caso su hijo, del derecho de vivir. ¿Quién no entiende que le debe respeto a sus padres y debe cuidarlos cuando ellos sean mayores y no puedan valerse por sí mismo? ¿Alguien lo ignora? ¿Y hace falta que alguien nos lo diga? Esa Ley del amor, de la verdad, de la justicia, de la belleza y del bien está implícita y grabada a fuego en tu corazón. Y es ahí donde tienes que buscarla, porque ella es el gran Tesoro escondido dentro de ti.
Porque, vividos esos mandatos, la vida se hace bella, hermosa, verdad y justicia. Y la paz reina entre todos los hombres. Porque, caminando a través de ese Reino, esperaremos con gozo y alegría el final de este camino mundano para encontrarnos con el verdadero Paraíso donde la Paz, la Justicia y el Amor se hacen Eternos y plenos.
Pidamos, pues, al Señor, que descubramos este verdadero Tesoro, que se esconde dentro de nosotros mismos y, guardado como un Tesoro en nuestro corazón, lo saquemos al mundo para que su Luz brille y de resplandor a todos los hombres, alumbrándoles el verdadero camino hacia la verdadera felicidad y plenitud de los tiempos y de la eternidad. Amén.
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