Yo quiero buscarte Señor porque quiero conocerte. Mi curiosidad no se queda en la superficie, sino que tu Palabra me seduce y ardo en deseos de conocerte y cumplir tu Palabra. Vivirla con toda la fuerza de la que sea capaz mi corazón. Sin embargo, Señor, no me es nada fácil. Diría imposible. Necesito tu cercanía y tu Gracia.
Quiero, pero tropiezo con mis apetencias, con mis sensualidad, con mi naturaleza humana herida, y me derrumbo. Cada día experimento una lucha, un combate cuerpo a cuerpo. Mis sentidos tratan de seducirme con las cosas del mundo, y nada de lo que me rodea me favorece. Mi corazón quiere, pero mis sentidos y mi cuerpo se niegan. En este dilema, Señor, te suplico que me des la sabiduría y la fortaleza para derribar el muro que me impide saltar y superar todas las barreras que me impiden cumplir tu Palabra.
Yo sé, Señor, que cuento con tu ayuda y con tu Gracia. Me has creado por amor y te has comprometido para salvarme. Tu Amor es un Amor comprometido e independiente de lo que yo elija y haga, Tú estarás siempre pendiente de salvarme. No dejes, Señor, que el mundo me seduzca y me aparte de Ti, porque sería muy infeliz. Yo lo intuyo y lo sé. Y experimento mi debilidad y mi pecado.
Dame, Señor, la voluntad para tener paciencia y no desesperar; dame, Señor, la confianza de no precipitarme ni, tampoco, impacientarme. Haz, Señor, que pierda el miedo al dolor, al sacrificio y a la renuncia de todo aquello que me aparta de Ti, incluso lo que me tiene atado y apegado. Porque yo, Señor, quiero conocerte y ser de los tuyos. Porque yo, Señor, no te busco por simple curiosidad, sino porque tu Palabra me da vida y creo en tu salvación.
Sí, Señor, Tú me sostienes y me impulsas al camino de cada día. Hay momentos que el camino de mi vida se me hace duro, difícil, monótono, rutinario, aburrido, pero son esos momentos los que me ayudan a encontrarte y a experimentar la curiosidad de buscarte, de descargar en Ti toda esa carga que me derriba. Por eso, Señor, te pido paciencia, mucha paciencia. Y sentado a tus pies, Señor, espero confiando en tu presencia y en tu Palabra. Amén.
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