Yo también quiero emparentarme contigo, Señor. Quiero ser tu hermano y tu amigo, y estoy dispuesto, como tu Madre María, también, por tu Voluntad, ofrecida como Madre mía, a escuchar tu Palabra y poner todo lo de mi parte para cumplirla.
En primer lugar, te pido esa sabiduría de discernir el buen camino para llegar a vivir en tu Palabra. Una sabiduría venida de arriba. No la de este mundo, que pone su acento en los placeres, comodidades, éxito y vivir en el deleite del gozo sensual.
Una sabiduría que me ilumine y que me empuje a acercarme a Ti para escuchar tu Palabra. Y no quedarme en la simple escucha, sino entendiéndola hacer el esfuerzo de vivirla. Porque, solos aquellos que la escuchan y la cumplen serán llamados hermanos tuyos. Es esa sabiduría y voluntad la que quiero hoy pedirte a través de esta página del "Rincón de Oración".
Quiero pedirte mucha fuerza para poner todo lo de mi parte en cumplir tus mandatos. Sobre todo, aquellos que son adversos y presentan bastante dificultad para mí. Es ahí, Señor, donde está el obstáculo y cuando se pone difícil hacer tu Voluntad. Dame, Señor, la fortaleza para vencer el tedio, la pereza y la debilidad humana que me arrastra y adormece todo mi cuerpo y mi mente.
Es ahí cuando soy vulnerable y cuando mi debilidad se pone de manifiesto, y cuando tu Voluntad me pesa y se me hace una carga muy dura para llevarla. Entonces, recuerdo tus Palabras, y me apoyo en Ti, y experimento que mi carga empieza a hacerse suave y ligera, y puedo con ella. Gracias, Señor, por tu presencia y por tu ayuda. No podría dar un paso si Tú no estuvieses conmigo.
Por eso, Señor, te pido que me des la capacidad y la fortaleza de poder llevar a cabo en mi vida el cumplimiento de tu Palabra, desde el amor a los hermanos. Porque, sé que así seré también hermano tuyo. Amén.
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