Dice el refrán que lo que puedas hacer hoy de bueno, no lo dejes para mañana. Porque, ese tiempo se ha perdido y mañana será otro tiempo que corresponde a otra hora y a otro día. Significa es que ese momento de instante de amor se ha perdido. El de mañana será otro instante de amor, que ya no suma con el perdido de ayer. Por tanto, queda claro, lo de hoy no lo dejes para mañana.
En consecuencia, afirmamos que ahora es tu tiempo de y para amar. Es el tiempo de tu vida en la que puedes y debes - es lo que más te conviene - vivir en una actitud amorosa de servicio al que más lo necesita. Oportunamente, ahora vivimos un tiempo de pandemia que, lejos de ser una tragedia, puede significar un tiempo para extremar y derrochar amor. Por eso, ahora, y siempre, es tiempo para amar.
E, inseparablemente, el amor está compuesto de misericordia, y la misericordia lleva el perdón en su misma sangre. No podrás amar sin misericordia y, por supuesto, perdón. Es, precisamente, la Misericordia infinita de Dios la que nos da esa oportunidad para ser perdonados de nuestros pecados. Y, al mismo tiempo, no ofrece esa hermosa posibilidad de redimirnos cargando también nosotros nuestra propia cruz de amor.
Pidamos, con fe y perseverancia, que la Gracia del Señor nos invada de su Infinita Misericordia y amor, para que, siguiendo su camino e injertado en su Palabra, vivamos ese estilo de vida misericordiosa de perdón por amor. Amén.
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