Solo cuando experimentas perdón entiendes y descubres la necesidad de ser perdonado. Igual que cuando te sientes enfermos entiendes y comprendes al que sufre en la enfermedad, de la misma forma experimentas la necesidad de ser misericordioso cuando recibes misericordia.
Desde la experiencia de ser amado, experimentas y descubres la necesidad que tienes tú también de amar. Tengamos confianza y, sobre todo, fe para dejarnos amar por nuestro Padre Dios, que nos busca y se nos hace presente en nuestra vida.
Y, desde su Amor, y por su Gracia, corresponder nosotros amando a los demás. Porque, cuando amamos al prójimo estamos amando a nuestro Padre Dios. Porque, solo desde el amor podemos aprender a amar y, será el amor lo que nos llevará a ser misericordioso con los demás. Amén.
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