Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 2 de marzo de 2021

EN BUSCA DE DIOS

 

Pierre Teilhard de Chardin S.J.

 

“¡Te necesito, Señor!,

porque sin Ti mi vida se seca.

Quiero encontrarte en la oración,

en tu presencia inconfundible,

durante esos momentos en los que el silencio

se sitúa de frente a mí, ante Ti.

¡Quiero buscarte!

Quiero encontrarte dando vida a la naturaleza que Tú has creado;

en la transparencia del horizonte lejano desde un cerro,

y en la profundidad de un bosque

que protege con sus hojas los latidos escondidos

de todos sus inquilinos.

¡Necesito sentirte alrededor!

Quiero encontrarte en tus sacramentos,

En el reencuentro con tu perdón,

en la escucha de tu palabra,

en el misterio de tu cotidiana entrega radical.

¡Necesito sentirte dentro!

Quiero encontrarte en el rostro de los hombres y mujeres,

en la convivencia con mis hermanos;

en la necesidad del pobre

y en el amor de mis amigos;

en la sonrisa de un niño

y en el ruido de la muchedumbre.

¡Tengo que verte!

Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser,

en las capacidades que me has dado,

en los deseos y sentimientos que fluyen en mí,

en mi trabajo y mi descanso

y, un día, en la debilidad de mi vida,

cuando me acerque a las puertas del encuentro cara a cara contigo”.

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