Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 10 de junio de 2021

UN CORAZÓN BIEN INTENCIONADO

 

Se trata de ser bien intencionado y no mirar simplemente las infracciones de la ley sino las circunstancias ante ella, que muchas veces no nos dejan otra alternativa queriendo nosotros actuar de otra forma. Confieso, Señor, mi debilidad y mi inclinación a juzgar, a veces sin conocimiento objetivo del hecho. Confieso mi adicción a condenar y encasillar a las personas por sus apariencias y sus actos sin profundizar más en las verdaderas intenciones que esconden en sus corazones. Posiblemente me quedo en lo superficial y en lo que se ve aparentemente, sin más indagación ni reflexión.

Por eso, Señor, consciente de mis errores y mis inclinaciones naturales, quiero hoy pedirte que me des la capacidad de reflexión y de prudencia. La capacidad de ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno y ver con ojos de misericordia la bondad, que se esconde en lo más profundo del corazón, de cada uno de tus hijos, mis hermanos.

Y, sintiéndome culpable de mis juicios, errores y señalamientos, aprovecho para pedirte perdón y rogarte que conviertas mi corazón en un corazón bondadoso, más comprensivo, más humilde y abierta a la misericordia de no juzgar ni señalar, sino comprender con una mirada más pura, más limpia y más amorosa. Amén.

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