Se ha dicho por activa y pasiva que el fundamento de nuestra fe es la Resurrección del Señor. En palabras de Pablo escuchamos: Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe - 1ªCo 15, 13-14 -. Y así es, ¿a dónde vamos si Jesús no ha resucitado?
La Resurrección de Jesús abre las puertas a nuestro entendimiento y enciende nuestro corazón. Los apóstoles al ver a Jesús durante esos cincuenta días posteriores a su Resurrección - Pascua - fueron dándose cuenta de lo que Jesús les había dicho cuando les hablaba de que iba a sufrir, ser condenado y crucificado en la Cruz. Entonces comprendieron realmente de lo que Jesús les decía y del verdadero Reino del que le hablaba.
Sé, Señor, que Tú eres Señor de la Vida y la muerte, y en Ti, nosotros esperamos también vencerla. Tú tienes Palabra de Vida Eterna y creemos que Tú, Señor, eres nuestra esperanza y resurrección. No permitas, Señor, que nuestra fe se apague y que las falsas seducciones de este mundo perviertan nuestros corazones y extingan nuestra fe.
Danos, Señor, fortaleza y perseverancia de continuar el camino que Jesús, el Señor, nos ha señalado y confiemos firmemente en su Palabra. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario