Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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domingo, 28 de noviembre de 2021

LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

 

En cualquier instante puede llegar el final de nuestra vida y, simplemente, conocer esa realidad debería movernos a permanecer vigilantes y despiertos, atentos no sólo a nuestras propias señales de nuestros cuerpos sino también a las del mundo en el que vivimos. Pidamos esa Gracia para permanecer vigilantes y atentos a la Palabra de Dios y, también, pidamos la sabiduría de saber interpretar la Voluntad de nuestro Padre Dios.

Pidamos la fortaleza de no dejarnos embotar por los vicios, bebidas y afanes de este mundo, tal y como nos dice el Evangelio de hoy, que tratan de apartarnos de la Palabra de Dios. Vivimos en un mundo lleno de tentaciones que nos distraen, nos embotan y nos y nos esclavizan sometiéndonos a la voluntad de este mundo, que no es otra que apartarnos de nuestro Padre Dios. 

Seamos fieles y resistámonos al vicio, a la bebida y afanes que nos pierden y endurecen nuestros corazones. Y para eso, pidamos que nuestros corazones sean perseverantes en la oración, en la frecuencia del sacramento de la reconciliación y, sobre todo, la Eucaristía, alimento que nos da la fortaleza y la Gracia de resistirnos al pecado. Unidos al Señor e injertados en el Espíritu Santo podemos superar todos estos obstáculos, propios de nuestra condición humana, que nos debilitan y nos alejan de la vida de la Gracia.

sábado, 27 de noviembre de 2021

MIENTRAS CAMINAMOS HACIA LA LLEGADA DEL DÍA ESPERADO

 

Sabemos que hay una meta y hacia ella caminamos. Pero, el camino no está exento de peligros y tentaciones (embriaguez, sexo, libertinaje, juergas  inquietudes…etc.) que nos dificultan el sostenernos firmes en la fe y seguimiento del Señor. Esperamos su venida – momento final – que puede llegar en cualquier momento – no sabemos cuándo – pero, sí sabemos que llegará. Y eso debe bastarnos para estar en todo momento preparados, atentos y vigilantes.

Nuestra vida tiene un recorrido que debemos aprovechar, porque, no sabemos ni el día ni la hora de su final. Y ese final marcará también el día y la hora de nuestro encuentro con el Señor. Y, de no estar atentos podemos ser sorprendido en esa forma de vida despreocupada, indiferente y entretenida en simplemente pasarlo bien pensando sólo en nosotros y nada más.

Pidamos no relajarnos ni estar indiferentes a la presencia del Señor. Pidamos, caminar vigilantes y en constante preparación con la oración, reconciliación (Penitencia) y Eucaristía, armas que nos ayudaran a estar en actitud de espera y atentos a la Palabra y presencia del Señor. Pidamos, vivir en esa dinámica de oración, de constante diálogo con el Señor y de fortalecernos en su Palabra y con la asistencia de su Espíritu, que nos auxilia y asiste. Pidamos estar expectante a su venida cuando decida que nuestra hora llegue a su final. Amén.

viernes, 30 de agosto de 2019

¿SOY CONSCIENTE DE QUE CADA MOMENTO DE MI VIDA PUEDE SER EL ÚLTIMO?

Resultado de imagen de Mt 25,1-13
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Sabemos que cada momento puede ser el último, pero también que, por nuestra condición humana, no somos conscientes de esa realidad. O expresado de otra forma, necesitamos olvidarnos para poder vivir. Porque, ¿cómo resistiríamos si tuviésemos presente en cada momento que la muerte nos acecha? Se hace necesario olvidarnos y de hecho, milagrosamente y sin darnos cuenta lo experimentamos y lo hacemos, para seguir nuestro camino natural por la vida. Pero, sin embargo si es necesario, a pesar de que nos olvidamos de este momento cierto y real, estar alerta, vigilantes y preparados a fin de que la muerte no nos sorprenda.

En el orden natural procedemos de forma normal y muy vigilantes permaneciendo alertas a cualquier anomalía de nuestro cuerpo. Cuidamos nuestros cuerpos y nos observamos a diario reaccionando al menor síntoma de dolor o malestar poniéndonos en guardia y acudiendo al médico. ¿Cómo no ponernos en aviso y alerta con el cuidado de nuestra alma mucho más valiosa que nuestro cuerpo?

Es eso lo que queremos pedirte hoy, Señor, que nuestro corazón se sostenga siempre encendido y vigilante a tu llamada, a tu llegada estando siempre alerta y vigilante cuando Tú decidas abrir la puerta de tu Amor y tu Infinita Misericordia.. Gracias, Señor, por esa advertencia y por tu Infinita Gracia para que, fortalecidos en ella, podamos perseverar y sostenernos vigilantes y atento a tu venida. Amén.

sábado, 27 de julio de 2019

ABANDONADOS EN TUS MANOS, SEÑOR.

Resultado de imagen de Mt 13,24-30
La vida nos va enseñando que nunca podemos estar seguros ni tranquilos. La cizaña crece sin darnos cuenta junto a la buena semilla. Es la experiencia que nos va transmitiendo el camino de nuestra propia vida. Lo experimento en mi pequeño y humilde jardín. A poco que caiga cuatro gota se llena de hierbas salvajes que lo invaden todo. De no arreglarlo y cortarla quedará todo inundado de malas hierbas.

Por otro lado, las plantas se ven atacadas por virus que las deterioran y las infectan. La pregunta, ¿de dónde proviene y sale todo eso sin nadie haberlo plantado?  Sin lugar a duda aparecen mientras descansamos o dormimos. Es el mal reinante en el mundo que nos obliga a estar vigilantes, expectantes y disponibles a la lucha de cada día. Pero, una lucha que nos lleva a encontrarnos con el Señor y a pedirle asistencia, ayuda y salvación. Porque, en nuestro mundo sucede lo mismo con nuestras vidas. Estamos amenazados por las apetencias, las inclinaciones hacia el mal que, mirándolo desde lo positivo, nos pone en relación con el Señor porque le necesitamos para poder vencer ese mal que nos acecha mientras dormimos.

No podemos descansar, pero tampoco de pedirle al Señor que nos de la fortaleza, la sabiduría y la paz para estar siempre vigilantes y disponible a renunciar a todas esas tentaciones y seducciones que el mundo nos presenta con el objetivo de alejarnos del Señor. No tengamos miedo y abracemos esas cruces que nos unen más con el Señor en la necesidad de suplicarle y solicitar la fortaleza necesaria para resistir y salir victoriosos de la lucha de cada día. Claro, ese camino nos exigirá esfuerzos y vigilancia y, en muchos momentos se nos hará duro e imposible para nosotros.

Pero, ahí está el Señor, que nos ayuda y nos levanta para que continuemos perseverando y esperando su venida que ponga todo en su sitio. Por eso, Padre bueno del Cielo, te pedimos que nos sostengas firmes y fiel a tu Palabra para que, renunciado a mezclarnos con la cizaña, podamos vivir en tu Palabra y cumplir con tu Voluntad. Abandonados en tus Manos confiamos en Ti, Dios mío. Amén.

sábado, 1 de diciembre de 2018

ORAR Y PERSEVERAR

Resultado de imagen de Lc 21,34-36
El mundo nos seduce, pero también nos atraen nuestros deseos de éxito, poder, riqueza...etc. Vivimos en un mundo de afanes constantes por superarnos y conseguir más poder, riquezas y todo lo que nos haga más feliz, pues pensamos que en esas cosas encontraremos la felicidad. Cuanto más tengamos seremos más felices, pensamos de forma errónea, porque el tiempo nos desengaña y la experiencia nos dice todo lo contrario. 

Y nos lo demuestra el devenir de muchos poderosos y famosos que han tenido éxito en la vida. Y que, a pesar de sus éxitos no son más felices. Si cabe, más infelices. Pero, a pesar de la cercanía y las pruebas que vemos en la vida nos cuesta convencernos. Nuestra naturaleza humana se siente atraída por las cosas de este mundo y se resiste a dejarlas. Nos cuesta salir de esa espiral en la que el mundo nos envuelve. No nos resulta fácil y, para ello necesitamos mucha oración y esfuerzos de perseverancia.

O lo que es lo mismo, estar vigilantes y atentos a tu presencia Señor. Y es eso lo que derrama nuestro corazón hoy, junto a los hermanos que pasan por nuestra casa y con todos los que quieran unirse, en súplica para que nos mantengamos firmes y perseverantes en tu Palabra y presencia entre nosotros.

Te pedimos, Señor, la sabiduría, no la de este mundo sino la que viene de ti, para que nos ilumine, abra los ojos de nuestros corazones y nos haga ver la Verdad. La Verdad de tu Palabra, que nos libera de las ataduras y esclavitudes de este mundo y nos llena de verdadera paz, gozo y felicidad eterna. En Ti, Señor confiamos y, abandonados en tu Palabra esperamos tu segunda venida con contenida esperanza llenos de paz y confiados en tu Eterna Misericordia. Amén.

jueves, 30 de agosto de 2018

LA DUREZA DE LA VIGILANCIA

Resultado de imagen de Mt 24,42-51
No es fácil permanecer atento, el mundo tiene muchos recursos para distraernos y nuestra naturaleza demanda también distracción. Somos humanos y necesitados de apetencias que satisfagan nuestros instintos primarios tanto carnales como sensitivos y de ocio. El demonio tiene muchas cartas a su favor y, a menos que nos descuidemos, termina con nosotros.

Por eso necesitamos estar permanentemente unidos al Señor. Y eso lo conseguimos a través de la oración y los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía. Necesitamos purificarnos con frecuencia - penitencia - y alimentarnos de Pan Eucarístico que nos fortalece espiritualmente y nos da la capacidad de perseverar y pertrecharnos contra las amenazas del demonio. 

No podemos quedarnos aislados ni solos, ni a merced de nuestras débiles fuerzas, porque, de permitir esto quedaremos en manos del demonio y nos llevará a olvidarnos de nuestro camino y hora final. Entonces, sucederá lo que tememos, que no estaremos vigilantes ni atentos a la hora en que nos visitará el Señor. La hora más importante de nuestra vida. Quizás sea necesario pensarlo así, descubrir y tener muy presente que ese momento de nuestra muerte es el momento y la hora más importante de nuestra vida. 

No es la muerte, sino la hora del encuentro con el Señor. Es el instante de nuestra cita y en donde se nos revelará todo aquello que ahora no podemos entender ni descubrir. Por lo tanto, caminando con ese pensamiento viviremos en la esperanza de saber que cada día nos acercamos más al encuentro con el Señor y eso nos fortalecerá para permanecer vigilantes y atentos a vivir en su Palabra y su Voluntad. Pidamos esa Gracia, la de estar atento a nuestro encuentro con el Señor. Amén.

jueves, 4 de enero de 2018

ABRE TUS OÍDOS

Es posible que hayamos oído hablar de Jesús tanto o más que Andrés y Juan. A ellos les bastó una simple indicación del Bautista y corrieron tras Jesús. A nosotros, que quizás nos han dado una y mil indicaciones, no nos han movido ni un ápice. Posiblemente haya algunas diferencias.

Ellos, Andrés y Juan, estaban preparados. El Bautista les había puesto en guardia y les anunciaba la venida del Mesías prometido. Nosotros, posiblemente, no esperamos a nadie, y, por lo tanto, no estamos vigilantes ni prestos a ninguna indicación. Ellos buscaban liberarse del yugo de la esclavitud, aunque estuviesen equivocados en la forma y en la materia; nosotros no advertimos ninguna esclavitud. Es más, nos sentimos a gusto, acomodados e instalados en el bienestar y placer. Ellos dieron el paso y se encontraron con Jesús, y conociéndole quedaron encantados hasta el punto de darlo a conocer a otros.

Nosotros no nos atrevemos a acercarnos y descubrirlo. Nosotros estamos atenasados por el miedo y no le buscamos. Nos tapamos los oídos y miramos para otro lado. Estamos instalados e inmóviles en nuestro mundo. Sometidos, esclavizados y condenados a morir. Por lo tanto, para liberarnos necesitamos despertar y salir al encuentro de Jesús. Y eso exige camino duro y por el desierto hasta madurar y experimentar la necesidad de buscar el encuentro con el Señor.

Posiblemente, el hambre, la enfermedad, el dolor, las tragedias y tempestades de la vida nos devuelva a la realidad y siembren, a pesar del dolor y sufrimiento, la semilla del deseo de buscar la liberación y el encuentro con el Señor. Porque, sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Pidamos, pues, esa Gracia con verdadera necesidad y fe. Tengamos presente que el Señor nos ha sugerido pedir y llamar -Mt 7,7-, diciéndonos que quien pide recibirá, y a quien llama se le abrirá.

No perdamos la esperanza ni la confianza. El Señor está con nosotros y nos escucha. Y nos espera para llevarnos a donde Él Vive y enseñarnos el camino que, con su Gracia, podamos recorrer en su Palabra injertados y fortalecidos por y en el Espíritu Santo. Amén.

domingo, 3 de diciembre de 2017

NADIE PODRÁ DECIR QUE NO SE LE HA AVISADO

Llega a parecer un disco rayado. La insistencia a la llamada de permanecer vigilantes es muy repetida. Y eso nos da a entender como nos conoce el Señor. Sabe de nuestras debilidades, de nuestra tendencia al pecado, de nuestra naturaleza pecadora. Sabes que somos presa fácil y podemos perdernos. Por eso, nos alerta y nos avisa con mucha reiteración.

Pero, no consiste esa llamada a estar vigilantes solamente, sino a estar injertado en Él, porque sin Él el mundo nos engulle y nos devora. Necesitamos estar preparados unidos al Señor. Llenar nuestra alcuza del verdadero aceite de la fe, y estar bien alimentados de la Eucaristía, Cuerpo y Sangre del Señor, que nos conforta, nos fortalece y nos da la capacidad para soportar todos los embates que el mundo nos pone delante con la intención de despistarnos y distraernos.

Y el arma más importante para mantenernos unido al Señor es la oración. Una oración cargada de humildad, de perseverancia, de fe y de confianza. Una oración confiada y solícita que nos sostenga despiertos y en constante unión con el Señor. Una oración abierta a la acción del Espíritu Santo, para que, guiados por Él podamos soportar y vencer todos los obstáculos que nos salen al paso en nuestro camino.

Ven Espíritu Santo y llena nuestros corazones de luz y de fortaleza, para que nuestra unión con el Señor sea constante y perseverante. Auxílianos y asístenos en todo momento, sobre todo en los momentos más débiles de nuestro camino. Sostennos siempre expectante y despierto en tomar conciencia de Dios y de vivir cada día como el último de nuestra vida, como si fuera ese día el que Tú has elegido para venir de nuevo.

Gracias, Señor, por avisarnos de forma muy reiterada e insistente. Gracias, Señor, por ese amor que nos demuestra. Gracias, Señor, porque, sabemos de tu Misericordia, y, abandonados en ella, confiamos que el día de tu venida nos encontremos preparados para recibirte. Amén. 

sábado, 2 de diciembre de 2017

VIGILAR Y ORAR

No hay otro antídoto mejor que orar y vigilar. Porque, de esa forma, mantenemos y sostenemos nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor. Es la oración el arma que nos mantiene vigilantes y nos fortalece para perseverar y sostenernos fieles a la Voluntad del Padre. Y no podremos bajar los brazos, porque en donde menos lo esperamos surge la tentación y el peligro.

Tomar conciencia de nuestra debilidad es darnos cuenta que sin el Señor no podemos hacer nada. Y, para permanecer en el Señor necesitamos estar unido y cerca de Él. Eso nos ayudará a conocerlo cada día un poco más. La lectura del Evangelio de cada día y la oración, junto a la reflexión sobre lo que me dice esa lectura, me dará capacidad de discernir y de sostenerme fiel. No perdamos de vista que tenemos un aliado infalible y que nos asiste y nos da sabiduría. Es el Espíritu Santo, que nos aclara esas lecturas de cada día y nos va revelando la Voluntad del Padre.

Nos lo dijo el Señor muy claramente en el momento de su Ascensión: Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿Dónde vas?" Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy... -Jn 16, 5-11-.

Igual que un deportista no puede dejar sus ejercicios y preparación, así nosotros tenemos que estar unidos al Señor. Nuestra perseverancia se apoya en el contacto, por la oración, con el Señor, pero también con los hermanos. La comunidad es la guarida donde nos fortalecemos para, saliendo al exterior, soportar las inclemencias del tiempo y los peligros que nos acechan. En ella tomamos fuerzas y nos fortalecemos y también nos renovamos en la presencia del Espíritu Santo.

Los misioneros nos dan testimonio de todo esto que reflexionamos. Ellos han abandonado el mundo para darse, en lugares inhóspitos y de persecución, a los pobres, marginados, excluidos y perseguidos. Pidamos la Gracia del Padre para, revestidos de su Fuerza, resistir todas estas tentaciones y peligros. Amén.

viernes, 1 de septiembre de 2017

UNA ESPERA LLENA DE TENTACIONES

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Nos toca esperar, y esperamos sin saber la hora ni el momento. El Novio puede llegar en cualquier momento, y lo hace sin avisar, así que de no estar atento podemos ser sorprendidos. ¿Qué hará falta para no ser sorprendidos? Sin lugar a dudas, estar vigilantes y atentos. Y esa es nuestra llamada de atención. No podemos dormirnos ni despistarnos. Hay que estar preparados.

Esa es nuestra primera petición, Señor, "estar vigilantes y atentos", para no dormirnos y que se nos pase el momento sin darnos cuenta, o que nos coja sin estar preparados. No es fácil mantenerse en actitud de espera, porque la vida nos presenta muchas tentaciones que nos invita a pasarlo bien. Y cuando lo pasamos bien, ocurre que solemos distraernos y corremos el peligro de no advertir la hora de la llegada del Señor.

De ahí que insistimos, Señor, para que nos des la sabiduría de estar despiertos y espabilados y no dejarnos embaucar por tantas promesas de felicidad y de gozo, que luego resulta ser espejismos que se esfuman dejando el vacío y la insatisfacción. Te pedimos voluntad para controlar nuestras apetencias y apegos y no llenarnos de placeres y satisfacciones que nos descontroles y nos pongan en manos del Príncipe de este mundo que quiere apagar nuestras lámparas para que no advirtamos el paso del Señor.

Danos, Señor, la inteligencia y fortaleza para evitar el desenfreno y la locura de abandonarnos en brazos de Morfeo y quedarnos a merced del tirano que persigue nuestra muerte alejándonos de Ti. Y, danos Señor, la viveza de sostenernos bien alumbrados, cargadas nuestras lámparas del suficiente aceite del Sacramentos de los sacramentos, la Eucaristía, tu Cuerpo y Sangre, bajo las especies de pan y vino, que nos alimenta y nos da las fuerzas necesarias para sostenernos suficientemente iluminados y preparados para tu venida.

En esa actitud de espera que nos fortalece en la paciencia de sabernos atentos y preparados, te pedimos, Señor, que nos llenes de tu Misericordia para, reconociéndonos pecadores, permanezcamos esperanzados en tu venida con nuestras humildes lámparas preparadas y provistas del suficiente aceite de tu Gracia. Amén.

viernes, 11 de noviembre de 2016

EL MOMENTO FINAL

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

Siempre hemos oídos decir que el que ríe el último ríe mejor. No cabe duda que es así, porque de nada vale pasarlo bien primero para luego sufrir eternamente. Eso es lo que nos viene a decir el Evangelio de hoy. Y no nos lo dice para asustarnos, sino todo lo contrario, nos lo dice para que estemos alerta y preparados.

Y eso es lo que hoy te queremos pedir, Señor, la fuerza y la sabiduría de prepararnos para ese momento final de nuestra vida y para ese tiempo en el que Tú Gloria se manifieste. Todo lo demás no vale para mucho, sino es para ganar tu Misericordia. Son ganancias efímeras y caducas, y eso les quita todo su valor. La prueba es que todos deseamos amar y ser amados. La prueba es que el verdadero amor que nos llena no nace del placer sino de la entrega y el darse en servicio por el otro. Ese es el amor que nunca muere.

Pero si entendemos por amor el recibir placer y gusto nos descubrimos como egoístas. Y eso todos lo rechazamos, aunque todos caemos en él. Porque somos pecadores y débiles. Por eso te pedimos, Señor, fortaleza y sabiduría para permanecer firmes, preparados y dispuestos a tu venida.  Y estar desapegados para no quedar atados a las cosas de este mundo sino disponibles a tu llamada y a tu venida.

Queremos y te pedimos, Señor, que nos des un corazón apasionado por buscarte y por amar al mundo tal y como Tú lo has amado, dándote, por amor, para salvarlo. Queremos, Señor, estar entre los elegidos cuando Tú decidas tu segunda venida. Queremos esperarte fortalecidos en tu Espíritu, y te pedimos esa Gracia para sostenernos firmes y vigilantes a tu venida. Amén.

jueves, 25 de agosto de 2016

APRENDIENDO A AMAR A CADA INSTANTE


No es cuestión de algunos cursos, ni de una serie de catequesis. Quizás, ambos, nos pueden ayudar para iniciarnos en el camino, pero, la palabra lo dice, camino. Y el camino no se acaba hasta, llegada la hora, recibir al dueño que anuncia su llegada.

Si bien, no sabemos el día ni la hora. Y eso significa, no que sólo debemos estar vigilantes, sino que nuestro camino es andar y andar. Pero, andar amando. Porque es el amor lo que Jesús, el Amo que vendrá a su hora, lo que espera encontrar y recoger de cada uno de nosotros. La cosecha está clara:  frutos de amor. Y el cultivo también: amor, amor y más amor.

Esa es la vigilancia que hoy el Evangelio nos quiere advertir. No dejemos de amar. Y amar es estar atento a cada instante de nuestra vida a dejar pasar la Luz que llena nuestro corazón y derramarla en dulzura, escucha, comprensión, amabilidad y servicio. Pero, también en reprimenda, cuando la ocasión lo exige, porque el amor es a veces duro, inflexible y exigente cuando la vida se pone en peligro y el amo puede encontrarte distraido y no haciendo lo que debes.

Estamos hechos para amar, porque cuando amamos experimentamos gozo, satisfacción y felicidad. Y cuando hacemos lo contrario, nos sentimos mal y a disgusto. Pidamos al Señor estar siempre en actitud vigilante de amor. O lo que es lo mismo, de servicio, de atención, de justicia, de verdad, de misericordia, porque son esas actitudes las que el Señor espera recoger de nosotros.

No simplemente alabanzas, ni cumplimentos, ni rosarios, ni novenas, ni exaltaciones que dicen ¡¡Señor Señor!! Y eso no significa ni quiere decir que todas estas cosas no se hagan. Al contrario, son buenas y debemos hacerlas, pero para ser y vivir lo otro, es decir, la justicia, la misericordia y la fe. Amén.

viernes, 13 de noviembre de 2015

EN ESTADO DE ALERTA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




La palabra alerta está ahora muy de moda. Cada temporada otoñal y de invierno la oímos muchas veces. Tales comunidades están en alerta. Nos ponemos en alerta a cada momento. El progreso ha traído muchos avances y comodidades, pero también riesgos e incertidumbres. Y, desde la vigilancia, es bueno que nos despierten y nos pongamos en alerta, porque la vida deberíamos vivirla en constante alerta.

Alerta, porque el Hijo del Hombre, nuestro Señor Jesús, no nos avisará, ni el día ni la hora de su segunda venida. Y así como nos dice en el Evangelio de hoy lo ocurrido con Noé y Lot, así sucederá cuando se haga presente en este mundo. No sabemos si estaremos o no presentes, porque, quizás, a nosotros nos haya llegado el momento antes. Pero de una forma u otra, conviene estar en permanente alerta para cuando llegue el Señor.

Cierto es, no hay ninguna duda ni discusión al respecto, que llegará el día de nuestro final, de la misma forma que llegó el del principio. Pero cierto es también que Jesús nos ha prometido venir al final de los tiempos a llevarnos con Él a ese lugar que nos tiene prometido. Su Palabra siempre ha sido cumplida, hasta el punto que ha vencido la muerte, ha Resucitado. Y en Él también resucitaremos nosotros.

Por lo tanto, se hace necesario, muy necesario estar siempre en estado de alerta. No sólo en el sentido literal de la climatología, sino en el verdadero sentido espiritual, que es el que verdaderamente importa y nos salva. Porque es para siempre, y terminará con todas alertas. Ya no hará falta estar vigilantes, porque estamos con el Señor, y allí, donde Él nos ha preparado un lugar, no hará falta estar alertados, temerosos de peligros y muertes, porque viviremos en plenitud de gozo eternamente en la presencia del Padre.

Es verdad que no podemos imaginarnos ese lugar, pero nos llenamos de paz, alegría y esperanza pensando que al final, cuando creamos que todo se acaba, empieza la verdadera vida que todos estamos esperando. Por eso, Señor, te damos gracias y te pedimos que nos des la sabiduría y fortaleza de conocerte y de permanecer fiel a Ti. Amén.

martes, 20 de octubre de 2015

SERVIR + SERVIR + SERVIR= AMAR



Nuestro Señor Jesús no vino a traer una solución, sino a traer la única y verdadera Solución para el mundo y para la convivencia justa y en paz para todos los hombres. El amor arreglaría todo, porque amar es servir, y servir es desear lo mejor y el bien y la verdad para todos los hombres. Y en esas coordenadas todo quedaría arreglado, porque todos pondríamos nuestras riquezas y nuestros talentos al servicio de todos los hombres.

Y estando todos en la misma actitud, amándonos, es decir, sirviéndonos, díganme, economistas, políticos y demás eruditos y profesionales del mundo, ¿qué problemas tendríamos? Sería simplemente cosas de dar cauce y forma a la vida laboral y social, que haciéndolo desde el amor, es equivalente a hacerlo desde la justicia y la verdad. ¡Claro!, eso molesta a los que piensan de otra forma, y buscan, no servir, sino servirse de los demás. Pare ello necesitan someterlos y esclavizarlos, e intentan vivir en un mundo de fuerzas de poder y riquezas.

Y aparecen las injusticias, las mentiras, las desigualdades, las explotaciones y esclavitudes. Y se empeñan en decir que el amor es mentira, y que la Palabra de Dios es también mentira. No es nada nuevo, porque eso ya lo decían también en tiempo de Jesús y a Jesús. Y siempre lo han dicho aquellos que buscan vivir en la mentira. Tratan de confundir y de hacer ver que la verdad es mentira. Así pueden confundir y conseguir sus objetivos.

Hoy, desde este humilde rincón de oración, pedimos luz y fuerzas, para no desfallecer y continuar en la lucha por mantener la actitud de servir, y de construir en el servicio un pueblo más justo y verdadero. Servir que es también aceptar. Aceptar tus limitaciones, tu pobreza, tu circunstancias y conformarte con lo que has recibido. Siempre deseando progresar, pero nunca más de lo necesario para vivir y alabar a Dios, ni para atesorar riquezas y bienes que le falten a otros.

¡Señor!, te pedimos esa Gracia, que nos ilumine, nos mentenga vigilantes y nos descubra que el verdadero camino por donde encontraremos la verdadera felicidad se esconde en el Amor.

martes, 30 de diciembre de 2014

NO BUSQUEMOS PERFECTAS VIGILANCIAS Y PREPARACIONES



Cuando hablamos de estar vigilantes y preparados solemos pensar en especiales vigilancias y preparaciones. Agrandamos todo aquello que debe ser pequeño y humilde porque nos parece que lo importante y lo valido tiene que ser grande y destacado. Se nos pasa por alto el acontecimiento del nacimiento de Jesús. Nada menos que el Niño Dios, y de que manera se presenta en este mundo.

¿No advertimos lo pequeño, lo humilde, lo inadvertido y silencioso que vino Dios, hecho Niño al mundo? ¿No nos descubre esa forma de anunciarse que lo grande es precisamente lo humilde, sencillo y pequeño? ¿No nos agrada las cosas más cuando son presentadas de forma sencilla y humilde? Pues si es así, busquemos lo sencillo, lo pequeño y lo humilde.

Estar vigilantes y preparados es tratar de vivir en el esfuerzo de cada día, "nuestro pan de cada día", de convivir en paz, con alegría, con disponibilidad de servicio, con entrega generosa, con actitud de esfuerzo y de aceptación, con la sonrisa preparada, buenas intenciones y buenas palabras. Estar preparado es mirar hacia arriba y alumbrar todos los acontecimientos ordinarios de nuestro vivir de cada día con la Gracia sobrenatural asistida por el Espíritu Santo.

No pensemos en cosas grandes, sino pequeñas y que están a nuestro alcance. Desde la más pequeña obediencia al servicio más humilde. Pidamos al Espíritu que nos alumbre, nos fortalezca y nos dé la perseverancia de saber mantenernos preparados, como la profetiza Ana, hasta que el Señor nos visite y se nos haga presente. Amén.

domingo, 30 de noviembre de 2014

ME DAS LA VIDA Y LA OPORTUNIDAD DE SALVARME PARA SIEMPRE



No me abandonas, pues una muestra de ello es tu preocupación por advertirme del peligro de distraerme y no permanecer atento y vigilante. Te importo, Señor, y me avisas del peligro de no vigilar. Vigilar mi vida, mis acciones y mi corazón.

Porque es dentro de mi corazón donde está la llave para abrir la puerta de mi salvación. Tú has querido que mi salvación dependa de mí. Me la has dejado en mis manos, pero para eso tengo que abrir mi corazón y ponerlo en tus Manos. Porque si trato de administrarlo yo solo, me estaré equivocando y desviándome de tu camino. Necesito la Vida de la Gracia que Tú, Señor, pones a mi disposición para que, tomándola, pueda vencer todos los obstáculos que me salen al paso.

Gracias, Señor, por la vida, por la Vida en mayúscula, porque a través de este tiempo de vida puedo elegir la salvación que Tú me ofreces. Y lo quiero hacer, y para ello me esfuerzo en entregarte mi corazón, un corazón humano, tocado por el pecado, llenos de ambiciones, impurezas y fracasos, pero que en tus Manos será creado de nuevo y limpio para vivir y cumplir tu Voluntad.

Gracias, Señor, porque nos anuncias tu salvación. Salvación que empieza con tu venida al mundo, con tu nacimiento. Es tiempo de salvación, tiempo de adviento, de prepararnos confiados en que un año más nuestros corazones serán renovados y creados de nuevo, mejores, más perfectos y más cerca de Ti.

Danos Señor un corazón agradecido, generoso, solidario y nuevo, que te entregamos para que, en tus Manos, nazca nuevamente. Amén.

viernes, 28 de noviembre de 2014

LAS SEÑALES NOS AVISAN QUE EL REINO ESTÁ CERCA


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS 


Lc 21, 29-33


No se trata de asustarnos sino de todo lo contrario. Se trata de prepararnos, y así como el florecer de las flores y el nacimiento de los frutos nos revelan que la primavera está cerca, pues cuando sucedan estas señales que (Lc 21, 20-28. 29-33.) el Señor nos ha anunciado, sepamos que está cerca el Reino de Dios.

Por eso conviene estar vigilantes y preparado. ¿Y cuál debe ser nuestra preparación? Simplemente tratar de vivir la Palabra de Dios. Y ese vivir consiste en perseverar en Él, alimentándonos de su Palabra y llevándola al huerto de nuestra vida para cultivarla y que dé frutos. 

Por eso necesitamos la oración, la comunidad, el compromiso y el ponernos en camino para dar vida a ese caminar de cada día. Sabemos y experimentamos nuestras debilidades y nuestro débil compromiso. Queremos nuestro tiempo para nuestras cosas mundanas, y nos cuesta desprendernos. Somos débiles y frágiles. Te pedimos, Señor, que nos fortalezca y nos cambien nuestro corazón apegado, egoísta e instalado en un corazón dado, solidario y firme para darse sin condiciones.

Confiados en tu Gracia y dispuesto a poner todo lo que hemos recibido en tus Manos, Señor, continuamos el camino que nos lleve hacia Ti. Amén.


martes, 21 de octubre de 2014

ESPERANDO LA NOTICIA CON ESPERANZA



Si hay algo cierto es que llegará la hora. La hora que tendremos que partir. Pero no sabemos cuándo, ni dónde ni cómo. Sólo sabemos que llegará. El sentido común y la buena lógica nos advierten que tenemos que estar vigilantes, porque no sabemos cuando seremos sorprendidos. Posiblemente cuando llegue ese momento nos cogerán tal y como estamos. No habrá tiempo para más.

Y esa es la explicación que voy descubriendo en aquellas personas que llegado el anuncio de la proximidad de su hora, se quedan sin reacción. Al menos no parecen reaccionar sino resignarse tristemente. ¡Caramba, si estamos llamados al gozo y a la vida eterna! ¿Es qué no nos damos cuenta? ¿No leemos el Evangelio?

Hoy Jesús nos dice eso: (Lc 12,35-38): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos!».

Tendremos que mirar el parte meteorológico, no cabe duda, pero mucho más importante y vital es estar atentos y preparados para cuando nos llegue la hora en la que seremos llamados a la presencia de Dios. Es esa hora cuando tendremos que responder de nuestra actitud de amor con los demás.

Porque sólo en el atardecer de nuestra vida seremos juzgados del amor con el que hayamos vividos. Pidamos al Señor que nos llene de fortaleza, luz y misericordia para que nuestra vida irradia amor por los cuatro costados. Amén.