Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 18 de abril de 2015

QUIERO QUE SUBAS A MI BARCA



No quiero cometer la locura de navegar sólo. No quiero darle la oportunidad al Maligno que acabe conmigo, porque adentrarme en el mar de la vida sin tu presencia y compañía, Señor, es la locura más grande de mi vida que puedo cometer en mi vida.

Quiero invitarte a mi barca, y que subas a compartir la navegación de mi vida conmigo; que me enseñes a navegar en las noches oscuras; que me enseñes a mantener el rumbo en los momentos de tempestades y confusiones; que me ayudes a mantener la calma y la serenidad cuando las olas de mi vida amenacen destruirla o ahogarla; que me enseñes a perseverar junto a la Mesa Eucarística de tu Pan, para alimentarme de tu Cuerpo y tu Sangre, y continuar remando mar adentro en tu compañía.

Quiero, y te pido, Señor, que me des la sabiduría de aprender y saber que sólo contigo puedo llegar al verdadero puerto de la salvación. Por todo eso, te pido, Señor, que te subas a mi barca y navegues conmigo.

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