La oración es el arma que nos ayuda y permite vencer las seducciones y tentaciones que el mundo nos ofrece. Y también que nos preserva de los peligros que tratan de someternos a las pasiones y vanidades de este mundo. La oración tiene un sentido que de no descubrirlo, corremos el riesgo de quedarnos en la mediocridad. Porque, sin oración nos quedamos anclados y encadenados a este mundo.
Por eso, Señor, conscientes de nuestras debilidades y pecados nos ponemos en tus Manos y te pedimos la Gracia de estar siempre unidos a Ti por medio de la oración. Oración que nos une íntimamente y nos refuerza y utiliza en la Eucaristía y el Amor. Lo pedimos en tu Nombre, Señor, y confiamos en tu promesa y Palabra.
Sabemos de los peligros y sufrimientos que nos aguardan. Muchos hermanos nuestros en la fe padecen persecuciones de todo tipo, y muchos pierden sus vidas al sostenerse firmes en la fe. Otros sufren esclavitudes, malos tratos y padecen hambre y sufrimientos de todo tipo. Los hay que son expoliados de sus derechos y arrastrados a renunciar a su fe, incluso pagando con sus vidas. Y otros, corriendo mejor suerte, también sufrimos y queremos compartir todo lo que podamos para ayudarles, y de manera especial con nuestra oración y recuerdo diario.
Danos a todos, Señor, especialmente a los que más lo necesitan, la fortaleza de sostenernos en la fe y seguir perseverando con fidelidad, paciencia y unidad a tu lado. Amén.
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