El que la hace la paga. Ese aforismo, limitando sus efectos con la ley del "ojo por ojo y diente por diente", llamada la ley del talión, fue un adelanto muy importante en un momento de la humanidad, pues limitaba la venganza en proporción al daño recibido. Pero, dejaba siempre la puerta abierta a continuar el odio y la lucha. La venganza, aunque sea proporcional, no deja de ser venganza y suscitar odio, rencor y lucha.
Sólo el amor, que Jesús propone, es el arma necesaria para convertir el odio y la venganza en acto de reconciliación, de justicia y de paz. Es eso, Padre del Cielo, por los méritos de tu Hijo predilecto y amado, nuestro Señor Jesús, lo que queremos pedirte este hermoso día, después de celebrar ayer, las solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre con el que nos ha bendecido y fortalecido.
Te damos gracia, Señor Padre nuestro, porque nos has dado en tu Hijo Jesús y nuestro Señor, el alimento espiritual que nos sostiene, nos fortalece, nos llena de paz y valentía para darnos en amor y paz. Y nunca corresponder a los improperios y actos violentos con los que somos atacados y provocados.
Aprovechamos, Señor, para, uniéndonos todos con una misma oración, pedirte por nuestros hermanos perseguidos en Pakistán y otros lugares. Por muchas familias que, por su fe, son atacados, divididos y amenazados de muerte. Te pedimos, Padre del Cielo, que, por los méritos de tu Hijo Jesús, les llenes de fortaleza, valentía y paciencia para soportar con entereza y alegría todos esos momentos difíciles que la vida les presenta, y que puedan superarlos.
También, Padre Bueno, te pedimos que se logre la paz y la fraternidad, para que, auxiliados por el Espíritu Santo, encuentren el camino que les devuelva al Camino, a la Verdad y a la Vida. Amén.
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