En muchas ocasiones pedimos oraciones. No sólo por otros y necesitados, sino también por nosotros. Sin embargo, olvidamos que Jesús nos ha prometido rezar por cada uno de nosotros. Por aquellos que crean en Él. Y nos lo ha dicho con sus propias Palabras: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí...
¿Soy consciente de que Jesús está rezando por mí? Y si lo soy, ¿cómo respondo a esa oración? ¿Cambia mi vida? ¿Dejo que esa oración del Señor influya en y desde mi corazón? ¿O, por el contrario me abandono al hedonismo de este mundo que me seduce y me aplasta? Esa es la gran disyuntiva de nuestra vida. Somos tan necios que llegamos a creernos que sabemos lo suficiente para dirigir nuestra vida.
Y esa es nuestra oración de hoy: Señor, danos la sabiduría, ese don del Espíritu Santo, para saber agradecerte todo lo que nos has dado y lo que nos da diariamente. Gracias por tus oraciones Padre. Dame la voluntad de saber levantarme e ir hacia Ti. Tal y como hizo el hijo pródigo.
Danos, Señor, a las puertas de celebrar Pentecostés, los dones del Espíritu Santo, para que fortalecidos en ellos, sepa y pueda perseverar, agradecer, conocer y amar al Padre. Hoy, Señor, nos dices cosas muy bonitas, hermosas e importantes. Nos preparas el camino y nos tranquiliza para que no desfallezcamos ni perdamos el horizonte de ir hacia Ti. Nos has dado tu Gloria, la que has recibido del Padre, para que perseveremos y nos mantengamos unidos como Tú y el Padre son uno.
Señor, somos débiles y el mundo nos arrastra amenazándonos con someternos y engañarnos. El mundo nos seduce y nos ciega. Y nosotros no queremos seguirle. Queremos permanecer y estar contigo, porque Tú eres el Dios que nos quiere y que nos salva. Señor, enséñanos a saber guardar tu Palabra y a permanecer unidos y a utilizar todo los dones del Espíritu Santo. Amén.
1 comentario:
Un saludo en el Señor, Todos necesitamos orar y que oren por nosotros, unidos en oración.
Publicar un comentario