Ese es el camino, estar abierto a la acción del Espíritu Santo. Es verdad que no sabemos de dónde viene ni por dónde va, pero abiertos y disponible a sus acciones y señales significa estar atento a lo que nos proponen y a lo que podamos hacer. Es verdad que es difícil saberlo, pero nuestras mismas capacidades nos pueden alumbrar para responder.
No cabe duda que todos tenemos unos talentos. Unos para una cosa y otros para otras - 1ª Corintio 12, 4-11 - y eso nos puede servir de señal para seguir el camino que el Espíritu nos va señalando. Lo importante es que vayamos notando que el mayor tiempo de nuestra vida lo vamos dedicando a la obra de Dios, o, al menos, a utilizarlo para dar a conocer la Buena Noticia.
Es verdad que mi vida va por debajo de lo que proclamo, pero, por la Gracia de Dios, voy tratando de ajustarla y ponerla al mismo nivel. Sé que no lo logro y que me cuesta mucho, pero esas son las circunstancias que me ayudan a ser humilde y reconocerme pecador. Y a perseverar y mantenerme cerca del Señor, Camino, Verdad y Vida.
Señor, te pido que me des fortaleza y perseverancia para continuar sin desfallecer por ese camino. Un camino que, a pesar de sus exigencias, me va ayudando a tratar de intentar parecerme un poquito más a Ti. Unas veces, siempre por tu Gracia, quizás lo logro un poquito, y otra veces, por mi torpeza, apetencias, egoísmos y pecados, fallo y me alejo de Ti.
Pero, tanto de una como de otra, Señor, me pongo en tu presencia y te pido que me des la humildad y la mansedumbre que me hagan parecerme cada día más a Ti y acercarme a reflejarte según tu estilo de vida. Amén.
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