No es fácil mantener tu vida en la verdad. Y, muchas veces, no porque no quieras, sino por la presión a la que te ves sometido por otros y por las circunstancias del momento que vives. Sucede que hay momentos que decir la verdad duele, molesta o no conviene a muchos. Jesús sufre porque su Palabra, que es la Verdad, exigía cambios de actitud en los que le escuchan y negarse a ello les obligaba a justificarse rechazándola y oponiéndose.
Yo, Señor, quiero vivir en la Verdad, pero no una verdad humana ni de este mundo que todo lo relativiza, sino de la Verdad que nos viene de Ti. La Verdad Absoluta y única, pues, Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Dame, Señor, la sabiduría para ver con los ojos de la fe y llevar luz a mi pobre corazón y a los corazones de los demás.
Dame, Señor, la fortaleza para asumir y soportar todas las adversidades que se levantan en el camino de mi peregrinar a la Casa del Padre. Dame, Señor, la paz necesaria para asumir, soportar y vencer todos esos contra tiempos que, como tempestades, zozobran mi vida y amenazan hundirla. En tus Manos, Señor, Camino, Verdad y Vida, abandonos y descanso mi palabra. Amén.
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