Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 13 de octubre de 2020

AYÚDAME, SEÑOR, A VIVIR DE ACUERDO CON MI CORAZÓN

 

Hablamos mucho de libertad, pero, ¿en realidad somos libres o llevamos una careta que nos encumbre y miente? ¿Actuamos con entera libertad o lo hacemos escondidos detrás de nuestras caretas? La realidad, desde mi humilde experiencia pecadora, es que nos sentimos atados y sometidos a esconder  nuestro corazón bajo la apariencia de lo que no somos, aparentando, valga la redundancia, lo que nos gustaría ser.

Sucesivamente se producen los engaños, las mentiras y las decepciones muy comunes en el ámbito matrimonial, familiar, laboral y social. Sin darnos cuenta vivimos en un mundo de apariencias donde cada cual se esconde detrás de su propia mascara. Quizás, ahora, en este tiempo de pandemia vamos más acorde con nuestra realidad al llevar todos unas mascarillas que esconde nuestra verdadera expresión e intenciones expresadas con los gestos faciales.

Tratemos de dejar esas apariencias con las que buscamos engañar a los demás y aparentar lo que realmente no somos. Busquemos la verdad, la transparencia y la actitud recta y correcta despojándonos de todo aquello que esconde mentira, egoísmo, soberbia, vanidad y falsedad. Seamos limpios por dentro y, como resultado, limpios también por afuera. 

Y, consciente de que eso no lo podemos conseguir por nosotros mismos, sometidos y esclavizados por el pecado, pidamos a nuestro Padre Dios que nos libre de esa tentación de enmascarar nuestra actuación escondiéndonos detrás de las apariencias que ocultan nuestro verdadero rostro y ser. Amén.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

TÚ Y YO TAMBIÉN TENDREMOS NUESTRAS PRUEBAS

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Nuestras apariencias, tarde o temprano, serán descubiertas. Nadie escapa a la mirada de Dios y todos tendremos la hora de nuestra verdad. Por mucho que busquemos escapar o aparentar la medida de nuestra fe llegará el momento de la verdad donde será puesta y prueba y descubierto su compromiso. Toda mentira emergerá y será descubierta, por tanto, en vano serán tus esfuerzos y también los míos para esconder todas nuestras mentiras y trapos sucios.

Mejor, postrados ante el Señor, confesar nuestros pecados y miserias abiertos a la Misericordia de Dios. Porque, ¿quién no ha pasado miedo o ha sufrido en ciertos momentos de su vida? ¿Y quién no ha sentido deseos de abandonar y de rendirse a las seducciones de este mundo? ¿Y quién no ha deseado en muchos momentos de su vida dejar la batalla y subirse al carro del sistema económico y de poder de este mundo? ¿Y no has querido, en algún momento de tu vida, dejar al Dios de la Misericordia y del Amor por el dios dinero?

Posiblemente nos identífiquemos con algunas de estas actitudes, pero lo importante es confesar que, a pesar de todas estas miserias, ese Dios revelado por Jesús, nuestro Señor, nos quiere, nos abraza, nos espera y nos perdona. Y nos promete que no nos dejará solos y, al final, si perseveramos soportando en Él todos los avatares que la vida nos presenta, encontraremos ese lugar de paz y felicidad eterna a la que aspiramos como hijos suyos.

Por tanto, serenos, confiados y agarrados a sus promesas de salvación, tengamos siempre a flor del corazón la Buena Noticia que sus Palabras nos ofrecen y nos llenan de esperanza. Te damos gracias, Señor, porque esas Palabras nos dan vida, fortaleza y esperanza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». Amén.

domingo, 11 de noviembre de 2018

EL PELIGRO DE LAS APARIENCIAS

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Es posible que para muchas personas, tal es el caso de los escribas a los que se refiere Jesús en el Evangelio de hoy,  la apariencia sea uno de los mayores peligros, pues gozas de buena fama y te crees bueno y hasta santo de manera falsa y engañosa. Porque, si para los hombres puedes aparentar y parecer no siendo auténtico, para Dios no.

Así sucedió con aquella viuda pobre. Jesús vio su donación y, aunque fue muy poca, dos reales, ante sus ojos fue grandiosa. Más grande que la de todos aquellos escribas que echaban grandes cantidades y que hasta procuraban que sonaran para ser advertidos de sus donativos. No es la cantidad lo que importa al Señor, pues Él no necesita nada, es la intención y la actitud de darte y no sólo de dar.

Porque, puedes dar de lo que te sobra y eso no implica ni significa compartir, sino dar, pero cuando no tienes o no te sobra, lo que das de lo que tienes y necesitas lo estás compartiendo. Y eso se esconde a los ojos de los hombres, pero no a los de Dios. Por eso, procuremos no escondernos en nuestras apariencias, sino en darnos realmente, despojándonos de nuestros bienes que no nos van a dar la felicidad sino que son medios que, compartiéndolos, si nos dan el gozo y la paz que andamos buscando.

Porque, se recibe más dando que recibiendo, porque el dar significa morir a tu propia ambición y vanidad y eso no es otra cosa sino amar. Así nos quiere Dios y así ha enviado a su Hijo, nuestro Señor, para enseñarnos a amar en verdad y justicia. Pidamos ese don del desprendimiento y la capacidad y voluntad para despojarnos de todo aquello que nos retiene, nos somete y no nos deja actuar en libertad.

Haznos, Señor, libres para poder amar sin cortapisas, sin coacciones y encadenamientos, sino libres y disponibles para servir por amor tal y como Tú nos has enseñado. Amén.

sábado, 25 de agosto de 2018

A LA LUZ DE LA VERDAD TODO SE DESCUBRE

Resultado de imagen de Mt 23,1-12
Puedo vivir en y de apariencias, pero tarde o temprano todo queda al descubierto. No importa lo mucho que hagas o valgas, sino la recta y buena intención con que te muevas a hacer lo que realmente haces. Y, fundamentalmente, por quien lo haces. Porque, si es por alguien a quien le debes favores y te sientes comprometido, estás ya pagado. Si, en cambio, es para lucirte y que te vean y hablen bien de ti, lo mismo, estás ya pagado. Y si buscas la fama o el éxito, otro tanto lo mismo. 

Sólo vale por Jesús y por verdadero amor - ágape - tal y como Él te ha amado. Él es el móvil que te mueve a actuar y a perseverar. Él es la referencia y el modelo que nos marca la pauta y el camino a seguir. Él es el único Camino, Verdad y Vida. En Él encontramos el testimonio que buscamos. El testimonio verdadero y la verdadera, valga la redundancia, vida. 

Él es el verdadero Maestro a quien debemos seguir y en el que descansamos de todas nuestras fatigas, problemas, agobios y dificultades. Por eso, Señor, una vez más te pedimos que nos transformes desde dentro, del interior de nuestros corazones dándonos un corazón nuevo, suave, humilde, bueno y compasivo para amar a todos los hombres tal y como Tú los ama.

Líbranos de la tentación de creernos más y mejores que nuestros hermanos y de erigirnos en jefes y maestros de otros. Y también de poner cargas en sus hombres evitando nosotros mover un dedo ni cargar nuestros hombros. Por eso, Señor, insistimos en que nos cambie nuestros corazones enfermos y endurecidos en unos corazones como el Tuyo. amén.

viernes, 3 de noviembre de 2017

LA MALICIA VIVE DENTRO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Por eso puedes aparentar y esconder tus malas intenciones. La malicia vive dentro y la puedes esconder aparentando verdad por mentira. Eso es la apariencia, aspecto o parecer exterior de alguien o algo. Pareciendo bien puede esconder el mal que está pensado o deseando hacer. Es la actitud farisaica cuando persiguen a Jesús y le vigilan para ver que hace en sábado frente a aquel hombre hidrópico. Buscan la confrontación y enfrentarlo a la Ley.

Y Jesús, que actúa en verdad, les remite a la realidad: «¿Es lícito curar en sábado, o no?». Pero ellos se callan. Y es que deberían saber lo desproporcionado y disparatado de su ley. El ejemplo que les pone Jesús no admite la menor duda: Entonces le tomó, le curó, y le despidió. Y a ellos les dijo: «¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?». Y no pudieron replicar a esto.

El sentido común no tiene vuelta y su verdad y su lógica fulmina. La verdad desnuda al mentiroso y lo desacredita. Así, ellos que hipócritamente trataban de desacreditar a Jesús, quedaron desacreditados. Pero, posiblemente nosotros que contemplamos el hecho desde este lado, quizás no nos apercibamos que también nosotros podemos o, de hecho caemos, en el mismo error. 

Cuantas veces ponemos la ley por encima del hombre. Nuestra propia ley, la que elaboramos nosotros en nuestras familias, en nuestros deberes familiares, con el esposo/a, con los hijos, con los amigos, en la comunidad...etc. Cuantas veces damos excusas para eludir nuestro compromiso y responsabilidad. Cuantas veces somos también nosotros fariseos hipócritas.

Pues bien, descubrámonos y, sin miedos y confiados en la Misericordia de nuestro Padre Dios, pidámosle perdón con confianza, sabiendo que, si estamos verdaderamente arrepentidos, nos perdona. Gracias, Señor, por invadirnos de luz y humildad. Danos fuerza ahora para poder y saber pedirte perdón. Amén.

martes, 14 de marzo de 2017

LA DEBILIDAD DE NUESTRA NATURALEZA

Somos débiles y propensos a las apariencias. Nos experimentamos inclinados a aparentar. Escondemos nuestras debilidades delante de los demás, y eso nos trae graves consecuencias. Muchas rupturas entre matrimonios son consecuencia de las apariencias, que, luego, en la convivencia, no se pueden esconder y salen a la luz. Mostrarse tal como se es es la mejor carta de presentación. Al menos no tiene engaños ni tampoco sorpresas futuras. Se sabe con quien se va.

En la vida de la Iglesia ocurre lo mismo. Ya ocurrió en la cátedra de Moisés, donde se sentaron escribas y fariseos y gustaron de aparentar y falsear su fe y santidad. Y ocurre ahora también. Muchos se esconden en sus propias apariencias para figurar y parecer lo que no son. Todo lo que hacen está recubierto de segundas intenciones que persiguen sus propios intereses y satisfacer sus egoísmos.

Tampoco nosotros estamos excluidos. Nuestra naturaleza es débil y propensa a caer en esas tentaciones. Necesitamos el camino cuaresmal para advertirnos de estos pecados y para prepararnos y no caer en estas tentaciones. Necesitamos prepararnos y revestirnos de la Gracia del Espíritu para sortear todas estas ofertas y tentaciones que nos amenazan.

Por eso, te pedimos, Señor, que nos des la sabiduría de ser auténticos y no aparentar. Mostrarnos tal y como somos y reflejar nuestra humanidad débil pero deseosa de mejorar y crecer asistido por la fuerza del Espíritu Santo. Queremos caminar y convertirnos a vivir una vida tal y como Tú, Señor, nos la presenta y señalas. Una vida escondida en la humildad, el servicio y el amor. Una vida donde, despojado de todo título, honores y alabanza, seamos humillados para en Ti, Señor, alcanzar el honor de ser enzalzado.

Y en esa actitud y esfuerzo nos abandonamos en tus Manos, Señor, para abrirnos a la acción del Espíritu Santo, que nos guia y nos dirige por las caminos de este mundo tentador y lleno de peligros. Danos, Señor, un corazón humilde y servicial. Amén.

miércoles, 15 de junio de 2016

LAS APARIENCIAS NOS ENGAÑAN




No es cuestión de aparentar, porque las apariencias engañan y la mentira no tiene valor ni prevalece. Todo lo que se apoya en terreno falso se derrumba y no vale para nada. Por lo tanto, construir sin el verdadero Arquitecto es construir en vano.

Y todo aquel que se precie de saber y de inteligencia, debería descubrir que lo verdadero valioso, el Tesoro escondido, es construir sobre verdadera roca. La roca que sostiene la Verdad, que es Jesús, el Hijo de Dios. Porque construir tu vida sin el concurso del Señor es perder el tiempo. Se desmorona y no tiene punto de apoyo ni consistencias para sostenerse, porque sólo en Jesús encontrará fuerza para sostenerse.

En cierta ocasión un compañero me preguntó si seguía en el camino del Señor. Mi respuesta fue que es el único camino que vale la pena seguir. Es donde únicamente, poniéndole un símil económico, se puede invertir con la seguridad de no ser engañado y la garantía de la rentabilidad. Porque, emulando a Pablo, diría también como él que sé de quien me fío. El Señor es mi Pastor y en y con Él estaré siempre a salvo. Entonces, experimento, el valor y la importancia de la fe, porque no teniendo oídos, no oyen y teniendo ojos, no ven. Y doy gracias a Dios por este valioso y gran don de la fe.

Desde ahí, Señor, te pido luz y voluntad decidida para no aparentar, para ser coherente desde mi palabra y vida. No permitas que mis labios pronuncien palabras que luego no pueda o no quiera llevarlas a la vida. Porque de ser así estaría aparentando, es decir, engañándome. Dame, Señor, la virtud de la honestidad y de la sinceridad, y nunca mentir, porque Tú eres mi publico. Y aunque los hombres no me vean y pueda engañar, Tú siempre estás presente en mi vida y sabes lo que hago y pienso.

Dame la sabiduría y la inteligencia de confesar siempre mis pecados y de perseverar en la esperanza de aceptar tu Perdón y Misericordia. En ti confío, Señor. Amén.

sábado, 7 de noviembre de 2015

VACIA MI CORAZÓN, SEÑOR, DE TODA APARIENCIA



La tentación de aparentar nos amenaza en cada momento. Incluso, en nuestros escritos, comentarios y todo tipo de reflexiones, imaginamos personas que luego, al conocerlas personalmente, nos pueden desilusionar. Dentro de nosotros hay una maquina que sueña, que imagina y que, en muchos momentos, distorsiona la realidad y nos introduce en nuestro mundo, que quizás no es el mundo de Dios.

Esforzarnos en ver esa realidad con ojos reales y vivirla según nos exhorta la Palabra de Dios, es lo que entendemos por seguir al Señor. Dejarnos empapar por la acción del Espíritu Santo, y ponernos en su Mano es la actitud de descubrir nuestro deseo de serle fiel.

Nos engañamos cuando, esforzándonos en pequeños detalles, como felicitar por las onomasticas, que sólo nos exige seguir el control y programa de un ordenador, queremos aparentar que nos preocupamos por esas personas, cuando lo que está detrás es ganárnoslo para la causa. Puro proselitismo, que también utiliza el Corte Ingés. Sí, realmente es un esfuerzo, pero no precisamente para acercar a esa persona a Dios, sino a ellos. Quizás no sea esa la intención, pero subyace una mezcla de Dios y dinero. 

Posiblemente no nos demos cuenta, pero quizás el fruto está algo podrido. Mejor es proclamar con la verdad sencilla y transparente. Y confiar. El mundo está mal, y nos experimentamos impotentes y sin saber qué y cómo responder. Pero no perdamos de vista que el Espíritu Santo está aquí, entre nosotros, y toma parte en esta guerra y batalla. Así que, sin esto querer eximirnos de nuestra lucha, esfuerzo y trabajo, tengamos confianza que ganaremos.

Pidamos al Señor la Gracia de serles fieles en las pequeñas cosas de cada día: nuestros pequeños compromisos familiares, profesionales, apostólicos y pastorales. Porque si en lo pequeño tratamos de responder fielmente, también lo haremos en lo grande. De lo contrario falseamos nuestra propia historia.

martes, 13 de octubre de 2015

SEÑOR, QUITA LA APARIENCIA DE MI VIDA



También yo vivo en las apariencias. Creo que nos salvamos muy pocos de poder evitarlo. Quizás no tengamos esa intención, pero sin darnos cuenta caemos en ella. Estamos sujetos al qué dirán, y el respeto humano nos puede muchas veces. Nuestras costumbres y tradiciones muchas veces nos pueden y pasan por encima de lo verdaderamente importante.

Por eso, Señor, hoy te pedimos que nos des la sabiduría de saber sobre ponernos a nuestro respeto humano y a nuestros miedos. Saber discernir qué es lo verdaderamente importante y mantenernos en ello sin miedo y sin respeto por lo que piensen y digan otros. Queremos, no sólo limpiar el vaso de nuestra vida por fuera, sino fundamentalmente por dentro, porque el verdadero valor está dentro de nosotros.

Sí, pensamos que no debemos olvidar las normas externas, pero no de forma rígida ni anteponiéndolas al bien y servicio del hombre. Lo verdadero e importante es lo que se fragua dentro del hombre y, desde ahí se materializa fuera para su bien. Y eso es lo que te pedimos encarecidamente, Señor.

Danos, Señor, la fortaleza de superar y salvar todos aquellos obstáculos que nos impiden cumplir, por encima de tradiciones, con la verdad según tu Palabra. Que sea ella, tu Palabra, la que guíe y conforme los actos de nuestra vida, y que las apariencias no se interpongan para desbaratarlo y adulterarlos.

Somos conscientes de la dificultad que encierra el llevar y vivir la verdad, pero en Ti, Señor, esperamos encontrar la fuerza y el valor de llevarlo a cabo con firmeza y voluntad. Danos la constancia y perseverancia de sostener nuestra vida según tu Verdad, y desterrar las apariencias que tratan de esconderla.

En Ti, Señor, pongo todas mis esperanzas y me abandono en tus brazos, confiado en que mi vida responda cada vez más limpia y nítida reflejando tu Palabra y tu Verdad. Amén.

sábado, 23 de agosto de 2014

LÍBRAME SEÑOR DE LAS APARIENCIAS



Me siento débil e inclinado a aparentar más que a vivir. O dicho de otra forma, quizás, aunque no lo desee, me importa más las apariencias que los hechos concretos y la realidad. Y eso Señor descubre mi frágil y poca fe, porque delante de los hombres me olvido de ti y me afano más en buscarme a mí mismo. En verdad, siento vergüenza de mí, Señor, y te pido perdón y Misericordia.

Me ensalzo para que me vean y me admiren, y me den alabanzas y privilegios, e incluso me llamen maestro. ¿Maestro de qué, Señor? ¿Si no puedo ni conmigo mismo? Sin embargo, mi Señor, no pierdo la paz y la serenidad, porque sé lo que soy , un pobre y miserable pecador. Y conozco por tu Amor revelado en tu Hijo Jesús, tu Infinita Misericordia y tu Eterno Perdón.

No puedo, por tanto, desesperar y, sí, aguardar, a ejemplo de tu Inmaculada Madre María, ir pacientemente guardando estas cosas en mi pobre corazón. Por eso, Señor, te doy las gracias, no por ser diferente, que no lo soy, sino por la Gracia de conocerme pecador, maestro de nada ni de nadie, y pobre y débil para cargar con mi propia cruz. Y sólo por tu Gracia y en el Espíritu Santo caminar en tu Palabra esforzándome en ser mejor cada día. Amén.

miércoles, 18 de junio de 2014

DESCUBRO QUE ESTOY SOMETIDO A MIS APARIENCIAS



Es evidente, sólo hace falta mirarnos un poco para descubrir nuestras intenciones innatas a aparentar y dar la imagen que no somos. Gustamos de presentarnos como los mejores, a al menos como personas intachables, buenas, generosas, comprensivas, atentas... y un largo etc. Queremos ser admirados, ejemplo para los demás, tener privilegios y honores por lo que representamos y significamos en el mundo en que vivimos.

Nos gusta oír alabanzas y proclamas de nuestra valía y en consecuencia actuamos procurando que nos vean y se deslumbren por nuestras obras. Obras que exponemos y presentamos delante de los demás y que cubrimos de falsas apariencias, porque lo que nos importan es que los demás vean y crean aunque el testimonio se apoye en mentira e hipocresía.

Ese es nuestro pecado, mi pecado. Creo que nadie escapa a esa tentación que nace y vive dentro de la naturaleza de nuestro corazón. Estamos heridos y tocados por ese aguijón que el Maligno, muy inteligente, sabe aprovechar y utilizar en su favor. Por eso, Jesús que nos quiere con la locura de su Padre, nos advierte, nos aconseja y enseña que no seamos hipócritas sino auténticos, y actuemos en verdad y escondidos a la alabanza y admiración de los hombres, porque sólo una es la causa de nuestro amor: La Gloria de Dios.

Señor, sana nuestra soberbia, que nos enferma y nos hiere, y nos deja a merced de nuestro egoísmo, y arranca nuestro pecado que nos invita a falsear nuestros actos buscándonos a nosotros mismos ante que buscar tu Gloria.

 Porque sólo Tú, Señor, eres digno de ser Alabado y Glorificado por los siglos de los siglos. Amén.

lunes, 25 de noviembre de 2013

TRANSFORMA MIS APEGOS SEÑOR



Nos sentimos muy apegados a las cosas. Tanto es así que ponemos precio a todo, incluso a las personas y los valores. Todo parece que tiene una contra partida y un precio. Así, anunciamos lo que hacemos y valoramos lo que damos para que también se nos valore a nosotros.

Líbrame de mis apegos y mis egoísmos Señor. Dame las fuerzas de vencer mi materialidad y la jerarquía de mis valores. Que sepa apreciar que las acciones de las personas valen más por lo que significan que por el valor material que contengan. No es lo importante la cantidad sino la sana y buena intención con que se haga o se de algo. Es ese su verdadero valor.

Te pedimos Señor que nuestras acciones estén marcadas por la buena y sana intención, y que persigan el bien de alguien en concreto o de la comunidad en general, importando menos mi persona, mis privilegios o fama. Que como esa pobre viuda, pase desapercibido ante la mirada de los hombres y sólo sea Dios Padre quien sepa la verdadera intención de mi corazón.