Puedo vivir en y de apariencias, pero tarde o temprano todo queda al descubierto. No importa lo mucho que hagas o valgas, sino la recta y buena intención con que te muevas a hacer lo que realmente haces. Y, fundamentalmente, por quien lo haces. Porque, si es por alguien a quien le debes favores y te sientes comprometido, estás ya pagado. Si, en cambio, es para lucirte y que te vean y hablen bien de ti, lo mismo, estás ya pagado. Y si buscas la fama o el éxito, otro tanto lo mismo.
Sólo vale por Jesús y por verdadero amor - ágape - tal y como Él te ha amado. Él es el móvil que te mueve a actuar y a perseverar. Él es la referencia y el modelo que nos marca la pauta y el camino a seguir. Él es el único Camino, Verdad y Vida. En Él encontramos el testimonio que buscamos. El testimonio verdadero y la verdadera, valga la redundancia, vida.
Él es el verdadero Maestro a quien debemos seguir y en el que descansamos de todas nuestras fatigas, problemas, agobios y dificultades. Por eso, Señor, una vez más te pedimos que nos transformes desde dentro, del interior de nuestros corazones dándonos un corazón nuevo, suave, humilde, bueno y compasivo para amar a todos los hombres tal y como Tú los ama.
Líbranos de la tentación de creernos más y mejores que nuestros hermanos y de erigirnos en jefes y maestros de otros. Y también de poner cargas en sus hombres evitando nosotros mover un dedo ni cargar nuestros hombros. Por eso, Señor, insistimos en que nos cambie nuestros corazones enfermos y endurecidos en unos corazones como el Tuyo. amén.
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