Se acaba el IV Encuentro y, como siempre, parece que cuando mejor está ya se acaba. Experimentas como que has perdido el tiempo y las ideas revolotean en torno a tu cabeza. Son momentos de mantener la calma, el sosiego y la serenidad. El Maligno aprovecha también estos momentos para confundir y desesperar.
Todavía gozaremos mañana de compartir desayuno, animada convivencia y un buen paseo por Cádiz. Espero que el tiempo nos acompañe. Será un momento de Gracia para, los que quedamos, fortalecernos en la fe y aclarar criterios. El marco de la Eucaristía, celebrada por el Señor Obispo, sera una ocasión ideal para, en la presencia viva del Señor bajo las especies de pan y vino, abandonarnos en sus Manos y asistidos por la acción del Espíritu Santo despertar todo el ruido de proclamar que el Señor está entre nosotros.
Abre Señor nuestros corazones e infundenos la sabiduría que sólo tu Espíritu es capaz de darnos para que iluminados por tu Gracia seamos capaz de despertar el amor que Tú quieres que reine entre los hombres. Amén.
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