Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 14 de octubre de 2014

CUANDO MÁS FUERTE ME CREO ES CUANDO ESTOY MÁS LEJOS DE TI, SEÑOR.



Hoy venía sereno, tranquilo y con ganas de empezar con fuerza. Pronto, cuando me disponía a ir a la Eucaristía, el coche me dejó tirado. Imposible de asistir. Experimenté impotencia y desasosiego. ¿Por qué, me lo pregunto ahora? ¿No sabe el Señor que no es por mi culpa? ¿No sabe el Señor que mis planes no han salido como había pensado? ¿Por qué entonces me desespero?

¿Es  que me importo más yo que la Voluntad del Señor? ¿Es qué prima más lo de afuera que lo de dentro porque no se ve? ¿Y los demás? ¿Que ejemplo les doy? Han sido ellos los que me demuestran que son las personas primero que las cosas. Te doy gracias Señor por hacerme ver mi miseria y pequeñez.

Y experimento que cuando acepto mi debilidad y descubro mis miserias es entonces cuando siento cerca tu presencia y mi corazón empieza a latir de nuevo con ritmo normal, pues lo sentía acelerado y rabioso. Porque todo está y depende de ti, y lo demás es accesorio y caduco. Sólo Tú, Señor, permaneces en la eternidad y me das paz, felicidad y sosiego.

No importa que mis apariencias digan lo que no es, porque lo que verdaderamente importa es que mi verdad reluzca por dentro y, al final, también lucirá por fuera, pues lo que brilla terminará por resplandecer y dar luz. Dame Señor la sabiduríaía de poner toda mi vida y mi esperanza en Ti. Amén.

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