Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 15 de septiembre de 2015

ACEPTAR MI VIDA DE CRUZ



Cada vida tiene su cruz. Cruz que para unos será mayor que la de otros, pero cruz que cada cual tiene la capacidad y la fuerza necesaria para soportar. Ha de ser así, porque de no serlo sería injusto echarnos tanto peso a nuestras espaldas.

La vida, en su camino, nos presentará nuestra cruz. Todos las tenemos y el camino consiste en aceptarlas y ofrecerlas a los pies del Señor compartiéndolas con Él. Eso es lo que significamos cuando hablamos de cargar con nuestra cruz.

No se trata de buscar cruces, ni de renunciar a ser felices en este mundo. Se trata de aceptar lo que nos viene encima y de compartir con aquellos que la vida les ha dejado desnudos y con más sufrimientos que alegrías. Y esas fuerzas son las que te pedimos, Señor. Fuerzas para renunciar a nuestros egoísmos de vivir despreocupados y mirando sólo para nuestros intereses y comodidades sin tener en cuenta a los demás. Sobre todo a los que sufren.

Danos la Gracia de sabernos débiles y pecadores, y de sacar fuerzas para, renunciando a nuestros egos personales entregarnos al servicio de los demás. No nos cuesta mucho decirlo, Señor, pero cumplirlos es harina de otro costal. Y conscientes de nuestra debilidad te pedimos voluntad y fuerza para, injertado en el Espíritu Santo, ser capaces de vivir coherente con lo que decimos.

Y a ti, Madre del Cielo, intercede por nosotros para que, siguiendo tu ejemplo, nos miremos en tu paciencia y perseverancia esperanzados en la Resurrección del Señor. Amén. 

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