Experimentamos que no podemos superar nuestra humanidad pecadora. Estamos sometidos a nuestros pecados y no podemos superarlos. Experimentamos que queremos, pero no podemos. Celebramos la Semana Santa, y se nos escapa nuestra concentración y nos distraemos. Queremos concentrarnos, pero experimentamos nuestra pobreza y limitaciones. No podemos, Señor, hacer nada sin Ti.
Y eso te pedimos ahora, al comienzo de la Semana Santa. El ambiente y nuestra pobreza espiritual nos pueden. Nuestra humanidad se derrumba seducida por las cosas de este mundo, y pasan los días de tu Pasión, y nosotros distraídos en nuestras apetencias e intereses. Hoy, mientras te acompañaba en la procesión de la burrita, con el olivo mantenido en alto, experimentaba esa pobreza espiritual.
Y, a mi alrededor, todos los asistentes caminaban hablando y distraídos en lo que ocupa su corazón. Pensé que no estamos participando, o que nos resulta imposible si Tú, Señor, no nos das tu Gracia. El mundo nos seduce y nos vence si no nos agarramos a Ti. Y eso te queremos pedir ahora, que nos amarre a tu Gracia para, fortalecidos en Ella, podamos servirte.
Sin embargo, Señor, gracias por darnos constancia y perseverancia, para, al menos, seguir caminando y estar en el camino, a pesar de nuestras debilidades y pecados. Gracias, Señor, por darnos fuerza para, al menos, mendigarte nuestros deseos de querer responderte y vivir en tu Palabra y en tu Amor.
Y lo seguiremos haciendo en la esperanza de que experimentemos algún día esa Gracia que nos ilumine y nos de la fortaleza y la fe de contemplarte como aquellos apóstoles tuyo en el Tabor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario