Corremos ese peligro, el de creernos del lado de Jesús y de absolverlo de toda condena y amenaza de muerte, pero ni nuestras vidas ni nuestras actitudes, desde lo más profundo de nuestros corazones, están claramente a su favor y dejan muchas dudas e incertidumbre.
Solemos quedarnos, bien acomodados en nuestro sillón del templo, silenciosos, serios, contritos y dolidos, y con propósito de enmienda, pero luego, no seguimos el camino hasta el final de nuestro calvario. Porque el de Él, ya pasó, y Él lo vivió Dignamente, con Gloria y haciendo la Voluntad de su Padre, y perdonándonos en los momentos finales de su Vida en la Cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
Nos toca a nosotros ahora hacer el nuestro. Pero no a nuestra voluntad, sino a la que Jesús nos propone. Tal y como hizo Él: "La Voluntad del Padre". Y esa no es otra sino la de ser misericordiosos como es el Padre. Es, precisamente, lo que nos propone para todo este año el Papa Francisco, el esfuerzo de tratar de ser misericordiosos como lo es el Padre.
Y eso se hace caminando. Caminando en presencia de Jesús, y asistidos por el Espíritu Santo y en comunión con toda la Iglesia, a la cabeza de la que está nuestro Papa Francisco. Por eso, a través de este humilde rincón de oración, los blogueros y no blogueros, de muchas partes del mundo, nos unimos virtualmente para rezar, para compartir y fortalecer nuestra fe en nuestro particular camino de conversión, de un corazón de piedra a un corazón contrito, de carne y misericordioso como el Padre.
Eso te pedimos ahora, Padre del Cielo, en el comienzo de la Semana de Pasión de tu Hijo, Jesús, el enviado por Ti para redimirnos y darnos, por tu Gracia, la salvación eterna. Danos la sabiduría y la fortaleza de ser misericordiosos como Tú, porque esa es nuestra meta, que por tu Amor, queremos también nosotros alcanzar. Amén.
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